jueves, 30 de abril de 2009

Phil Hine : Magia, Caos y Retiros Místicos

Phil Hine : Magia, Caos y Retiros Místicos
De Decondicionamiento, la enciclopedia libre.
¿Qué es la Magia?

Vivimos en un mundo sujeto a extensivos sistemas de control social y personal que nos alimentan contínuamente de la mentira de que cada uno de nosotros se encuentra sólo, sin ayuda, y sin poder alguno para llevar a cabo cambios. La magia trata sobre el Cambio; el de tus circunstancias de modo que luches por vivir de acuerdo con el desarrollo de un sentido de la responsabilidad personal; que puedas realizar cambios alrededor de tí si así lo decides; que no somos ruedas dentadas impotentes en un universo con estructura de reloj. Todos los actos de liberación personal y colectiva son actos mágicos. La Magia nos lleva al regocijo y al éxtasis; al entendimiento y la intuición interior; al cambio de nosotros mismos y del mundo en que participamos. A través de la magia exploramos las posibilidades de la libertad.

La magia se describe habitualmente en términos de ser un camino, una búsqueda espiritual, un viaje de autodescubrimiento, una aventura. Cualesquiera sean los ropajes con que queramos vestirlo hay algo claro; es un medio de Cambio. Para que este cambio sea efectivo, es importante que sitúes los efectos de tu trabajo mágico en un contexto - ser capaz de darles sentido e integrarlos en una interacción dinámica con universo fluido, en movimiento.

Esto necesita un sentido (aunque tenue) concerniente a donde has estado, y hacia donde "vas". A veces estos puntos de anclaje parecerán sólidos. Otras, efímeros y débiles. Iniciación es el término que en ocasiones se utiliza para examinar este proceso de integración, e "iluminación" [como avance conceptual] es la denominación uno de sus subproductos más importantes.


La Iniciación como proceso

Parece haber cierta mala interpretación acerca de qué significa exáctamente el término "iniciación". Ocasionalmente uno se encuentra con gente que se considera "iniciada" y que parecen considerarse a sí mismos "por encima" del resto de la humanidad. Particularmente irritantes resultan los "iniciados" dedicados a dejar caer pedazos oscuros de información y se niegan a explicar nada más allá, debido a que su audiencia no consta de "iniciados". El término en sí mismo parece surgir en una ámplia variedad de contextos - la gente habla de ser "iniciado" en grupos, en un camino particular, o de iniciarse a sí mismos. Algunos sostienen que la "iniciación" sólo es válida si la persona que la proporciona es parte de una tradición genuina, otros que no importa que así sea. Las definiciones de diccionario aluden al acto de comenzar, de poner en moviento, o de entrada en algo. Una forma de explicar la iniciación es decir que es un umbral de cambio que podemos experimentar en distintas etapas de nuestras vidas, según crecemos y nos desarrollamos. La llave para la iniciación es reconocer que hemos llegado a tal punto de inflexión, y que somos conscientes de que nos encontramos en un periodo de transición entre nuestro pasado y nuestro futuro. La percepción consciente de entrar en un estado de transición quizá nos permita descartar patrones de conducta y emocionales que ya no serán válidos para las "nuevas" circunstancias, y tomar conscientemente otros nuevos.

Algo en lo que los libros sobre magia fallan habitualmente a la hora de poner el énfasis, es en considerar que la iniciación es un proceso. No sólo sucede una vez, sino que puede ocurrir muchas veces a lo largo de la vida de un individuo, y tiene picos (crisis de iniciación), depresiones (negra depresión o "noche oscura del alma") y mesetas (donde no parece que estén pasando muchas cosas). Hacerte consciente de tus propios ciclos de cambio y cómo capearlos, es una parte central de cualquier proceso de desarrollo o aproximación a la práctica mágica. Los elementos clave o etapas del proceso de iniciación han sido analizados de forma extensiva por antropólogos como Joseph Campbell. Mientras que en su mayor parte se usan para describir etapas en la iniciación chamánica, son igualmente aplicables a otras áreas de la experiencia vital.


Crisis y llamada

En las sociedades chamánicas, la primera etapa del proceso de iniciación se marca habitualmente por un periodo de crisis personales y una "llamada" para comenzar el viaje chamánico. La mayor parte de nosotros parecen encontrarse suficientemente felices dentro de las fronteras conceptuales y filosóficas de la Realidad Consensuada (el mundo de cada día). Para un individuo que comienza su viaje de iniciación, la crisis puede venir como una poderosa visión, sueños, o un profundo (y a menudo molesto) sentimiento de necesitar encontrar qué hay más allá de los límites de la vida normal. Puede venir como resultado de una fuerte experiencia espiritual, religiosa o política, o como un creciente descontento existencial con la vida. Nuestro sentido de ser un yo estable es reforzado por las "paredes" del mundo social en el que participamos -- aunque nuestro sentido de individualidad reside en las grietas de esas mismas paredes. La iniciación es el proceso que nos lleva "a través de la pared" hacia territorios inexplorados de las posibilidades que tan sólo hemos vislumbrado. Esta primera crisis es a menudo una experiencia desagradable, pues empezamos a cuestionar y a quedar insatisfechos con todo aquello en lo que antes participábamos con gusto -trabajo, relaciones, valores éticos, vida familiar; pueden resultar desbaratados cuando el individuo se halla cada vez más consumido por el deseo de "viajar".

Las llamadas internas pueden ser resistidas o anuladas conscientemente, y se da en sociedades tribales el rechazo de "la llamada" para el entrenamiento chamánico -- lo cual no es una cosa pequeña, pues puede llevar a crisis de carácter más grave. Una experiencia muy común entre la gente que siente la llamada en nuestra sociedad es una fuerte sensación de la urgencia de, o bien "iluminarse", o bien cambiar el mundo de acuerdo con emergentes puntos de vista propios. Esto puede llevar a una "adicción" a los caminos espirituales, donde la energía que antes habría sido canalizada hacia el trabajo o relaciones se dirige hacia prácticas espirituales y la inmersión en sistemas de creencias de tipo espiritual.

El individuo "recién despertado" puede ser (inintencionadamente) tan aburrido y agotador como cualquiera que se haya acercado a un sistema mesiánico de creencias, ya sea respecto a política, religión, o espiritualidad. A menudo es difícil, en esta etapa del ciclo, entender la reacción de la familia, amigos y otros que no entiendan la nueva dirección tomada o los cambios en estilo de vida. A menudo, algunos cultos religiosos bastante dudosos se aprovechan de esta etapa convenciendo a sus jóvenes conversos de que los "verdaderos amigos", etcétera, no les obstaculizarían en su nueva vida, y que cualquiera que no lo apruebe, no es un "verdadero amigo".

Hay una ámplia variedad de cultos a los que se les da bastante bien enganchar a gente jóven en periodos de transición (como independizarse por primera vez), a los que atraen hacia un sistema de creencias/valores que calma su falta de certeza sobre el mundo. Otro de los problemas experimentados a menudo por aquellos que sienten la llamada a viajar es la terrible sensación de soledad o alienación de sus semejantes -- el resultado inevitable de moverse al borde de la propia cultura. Así, la excitación ante la aventura está a menudo enfrentada a remordimientos y pérdida de estabilidad, de esa participación inconsciente con el antiguo mundo personal. Una vez has comenzado el proceso de desenredo respecto al mundo del día a día, es difícil no sentir cierta nostalgia de aquella anterior vida perdida en la que todo parecía ser claro y estable, sin ambigüedades ni falta de certeza.

Una respuesta común a la llamada chamánica es el viaje al desierto -- de alejarse de los seres cercanos y de la estabilidad de la realidad consensuada. Un proto-chamán probablemente viajará físicamente al desierto, lejos de la seguridad de la realidad tribal, y aunque esto es posible para algunos occidentales, los límites de la forma moderna en que se organiza la vida habitualmente significa que para nosotros, este vagar por los yermos se lleva a cabo en el plano de las ideas, valores y creencias, donde miramos profundamente hacia dentro y arededor de nosotros cuestionándolo todo, quizá también también con ello retirándonos de muchas formas de relación social. El aislamiento deliberado respecto a nuestros semejantes es una forma poderosa de debilitar el sentido de tener valores y creencias fijos, y los mecanismos de deprivación social se llevan a cabo en una ámplia variedad de culturas mágicas.


La náusea iniciatoria

En las culturas chamánicas, la llamada al viaje es anunciada habitualmente por una "náusea iniciatoria", que puede llegar de pronto al individuo o trepar lentamente sobre ellos como un cambio de conducta progresivo. Observadores occidentales han etiquetado este estado como una forma de "locura divina" o evidencia de psicopatología. En el pasado, antropólogos y psicólogos han etiquetado a los chamanes como esquizofrénicos, psicóticos o epilépticos. Más recientemente, entusiastas occidentales del chamanismo (y la antipsiquiatría) han dado la vuelta a este proceso de etiquetado y asegurado que gente como los esquizofrénicos, psicóticos o epilépticos, serían proto-chamanes. Las tendencias actuales en el estudio del chamanismo reconocen que la anterior posición es etnocéntrica -- que los investigadores han estado juzgando la conducta chamánica a través de standards occidentales. El comienzo de la náusea iniciatoria en las culturas tribales se reconoce como un proceso de desarrollo difícil, pero potencialmente útil. Parte del problema aquí es que la filosofía occidental ha desarrollado la idea de "consciencia ordinaria", más allá de cuyo rango todo es patológico; sea chamánico, místico, o inducido por drogas. Afortunadamente para nosotros, esta estrechez de miras va siendo socavada.

Quienes están bajo esta náusea iniciatoria a veces parecen sufrir de "extraños" accesos y conductas, pero aumenta el reconocimiento de que es un error adjudicar a estos sucesos etiquetas psiquiátricas occidentales (para poder explicarlos y olvidarse de ellos). Los chamanes tendrán que atravesar un periodo de reajuste, pero las investigaciones muestran como tienden a convertirse en las personas más sanas de sus tribus, funcionando muy bien como líderes y sanadores.

Los estados de transición que muestran características similares a la náusea iniciatoria han sido identificadas en prácticas místicas y mágicas de otras culturas, que los investigadores occidentales están empezando a estudiar, a medida que las prácticas de otras culturas ganan popularidad en el oeste.


La noche oscura del alma

San Juan de la Cruz, místico cristiano, escribió sobre esta experiencia:

"Pone los apetitos sensoriales espirituales a dormir, los amortece, y los depriva de la habilidad de encontrar placer en las cosas. Ata la imaginación, e impide que lleve a cabo cualquoer buen trabajo discursivo. Hace que la memoria cese, que el intelecto se oscurezca y sea incapaz de entender nada, y así convierte a la voluntad en árida y constreñida, y todas las facultades vacías y sin utilidad. Y sobre esto cuelga una densa y pesada nube que aflige el alma y la mantiene alejada de Dios."

Al entrar en la "Noche Oscura", el individuo es sobrepasado por una sensación de sequedad espiritual y depresión. La idea, expresada en ocasiones, de que todas las experiencias deberían ser evitadas a cambio de una vida pacífica, es una muestra de la superficialidad de una inmensa parte de nuestra forma de vida contemporánea. La Noche Oscura es un camino para llevar al alma a la quietud, de modo que una profunda transformación psíquica pueda tener lugar. En la Tradición Esotérica Occidental, esta experiencia se refleja en la carta del Tarot "La Luna", y es el bache en el desarrollo espiritual en que los beneficios tempranos de la meditación y otras disciplinas parece cesar, confrontándose con la aparición de una urgencia de abandonar tales prácticas y volver a la vida diaria normal. Este tipo de bache que debe ser superado puede discernirse en distintas áreas de la experiencia, y es experimentada a menudo por estudiantes en nuevos entornos, y por cualquiera que está llevando a cabo un nuevo proceso de aprendizaje que involucre también cambios vitales importantes.


Ego

El concepto del Ego, habiendo surgido de los cultos psicoanalíticos, y embebido firmemente en el campo de la totalidad de la experiencia, sirve para mantener la separación cuerpo-mente tan fija en nuestra experiencia. Buena parte del pensamiento "New-Age" parece estar preocupado por trascender el Ego, detrás del cual se supone que se encuentra un "Yo Superior". La ficción entre el Yo Superior/Inferior mantiene la división entre 'espiritualidad' y la experiencia del día a día. Personalmente, prefiero la idea de que cada uno somos una multiplicidad de yoes o, como indica el Tantra, una bola retorcida de Shaktis (deseos-complejos) interactuando (pero no todos a la vez) con Shiva (o Kia), la "chispa divina" de la consciencia. Un concepto útil sería, en lugar de 'superar' el Ego, moverse de una condición en la que el centro está en el Ego, a otra de exocentrismo. En el primero, el yo se sostiene rechazando todo aquello que no es, como algo separado del resto de cosas. En el segundo, el yo se renueva y modifica constantemente a través de un proceso de ajuste con lo "ajeno".


El reflejo condicionado

A medida que las investigaciones de las nuevas Ciencias del Caos comienzan a devorar los sólidos fundamentos de la realidad post-newtoniana, las disciplinas basadas en ese punto de vista sobre el mundo deberán ser revisadas. Las revoluciones en las ciencias están comenzando a ocurrir, a medida que el énfasis de la perspectiva reduccionista a una integracionista coge fuerza; igualmente, la revolución en la consciencia.

La fragmentación de la cultura occidental muestra cuan claramente opera la ley del "divide y vencerás" en todos los aspectos de nuestra experiencia. Nuestra cultura es profundamente egocéntrica -- la conducta terrestre de monos que empuñan herramientas.

El cambio de la religión a la ciencia como ethos dominante para definir la realidad desenmascaró el hecho de que los monos necesitamos una dimensión ontológica para la acción, para permanecer seguros en un mundo percibido como hostil. El espacio dejado por el declinar del poder religioso fue rapidamente ocupado por cultos de la psique: psicoanálisis, ciencia, y otros sistemas místicos y mágicos. Estos proporcionaron un cómodo sentido de la razón para las Clases Medias en evolución. La "Iluminación" fue capturada como otra fuente a través de la que demostrar superioridad sobre el resto, actitud que ha ido prevaleciendo en las últimas décadas. Una magia aceptable para la cultura de masas pierde su poder transformador, convirtiéndose en un apoyo para el status quo. Por todos los medios explora tus "mundos internos", pero no remes inconscientemente en el barco de la sociedad paralizada. La evolución se intenta sacrificar a la estabilidad; y en un mundo de orugas, una mariposa es un peligroso enemigo de la forma estática en que funcionan las cosas.

Mark Grant : El Manifiesto del Metaprogramador

Mark Grant : El Manifiesto del Metaprogramador
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"Todos los seres humanos, todas las personas que alcanzan la edad adulta en el mundo de hoy son biocomputadores programados. Ninguno de nosotros puede escapar nuestra propia naturaleza como entidades programables. Literalmente, cada uno de nosotros seríamos nuestros programas, nada más, nada menos." -- John C.Lilly, M.D. [1]




"No puedes enseñar nuevos trucos a un perro viejo", "un leopardo no cambia sus manchas" -- el lenguaje está lleno de expresiones que implican que la gente nunca cambia. Toda nuestra sociedad parece estar organizada para evitar que nadie lo haga. El objetivo de este artículo es echarle un vistazo cómo está la situación actual y apuntar hacia fuentes para realizar tus propios experimentos.

John Lilly, más conocido por su trabajo en comunicación con delfines, fue uno de los primeros investigadores en lo que Tim Leary llamó 'neuropsicología': el uso de las operación del cerebro en lugar de la conducta humana para determinar los límites de lo que pueden hacer los humanos. Los experimentos de Lilly mostraron que el cerebro podía ser tratado como una entidad programable similar a un ordenador digital; tratándose en este caso de un ordenador capaz de programarse a sí mismo.

Lilly se refirió a esta capacidad de auto-programación como metaprogramación, e informó sobre sus investigaciones en su libro, "Programando y metaprogramando la biocomputadora humana" (Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer). Timothy Leary en particular y Robert Anton Wilson expandieron la teoría de la metaprogramación con su modelo de ocho circuitos para el cerebro, que cubriremos más adelante.

En las últimas décadas, la neurofisiología y la ciencia informática han ido aumentando su contacto. La neurofisología nos dice que el cerebro humano se compone de billones de neuronas interconectadas, cada una de las cuales es esencialmente un complejo interruptor con muchas entradas y salidas. Algunas combinaciones de entradas variarán la activación del interruptor de la neurona, y la salida puede hacer que otras neuronas varíen en cascada hasta que esto produzca algún tipo de salida en el cerebro. Las neuronas pueden ser simuladas en ordenadores, y hoy la redes de neuronas artificiales se utilizan para aplicaciones que van desde la visión computerizada a la predicción de precios de bolsa, o la operación de vuelo de aviones experimentales. Los investigadores han desarrollado métodos a través de los que estas redes de neuronas pueden aprender, averiguando como posibilidad métodos análogos al sueño en los humanos en el ámbito del aprendizaje autónomo. Otros han investigado conductas de redes patológicas análogas a la obsesión, fantasía, y alucinaciones en el cerebro humano.

Esto no es necesariamente una prueba concluyente de que seamos "sólo" redes de neuronas, ni prueba que no tengamos "almas" -- los efectos dentro del paradigma de mecánica cuántica en las neuronas quizá dejen aún un hueco por el que esas cosas puedan colarse --, pero se trata de una serie de pruebas circunstanciales bastante fuertes. La cuestión en cualquier caso es, ¿cómo ocurre esta programación?

El cerebro de un bebé recién nacido es una tábula rasa, producto de milenios de programación genética en las partes más antiguas como la médula oblongada o el pons Varolli. Se encuentra en un entorno complejo sin programación, sin modelo alguno acerca de qué está sucediendo. Todo lo que ve es el remolino de caos de fotones, átomos y partículas subatómicas que la Física nos dice que es la 'verdadera' naturaleza de la realidad. En el modelo de ocho circuitos de Leary/Wilson del cerebro, el bebé se encuentra operando en el primer circuito, el de biosupervivencia, preocupado principalmente de seguir vivo en un entorno desconocido.

A medida que los datos entran, las redes de neuronas los procesan y generan una serie de resultados. Algunos de estos resultados como mover una pierna, pueden tener buenos resultados (por ejemplo, andar), otros tendrán malos resultados (caerse). Cuando se producen malos resultados de forma consistente, la programación cambiará para reforzar esta asociación. Así, por ejemplo, aprendemos a caminar a través de la programación neurológica para los movimientos que generan un caminar correcto, a través de la prueba y error.

Esta programación, puede estar lejos de ser óptima. Quizá si el bebé se cae de una silla y se hace daño, desarrolle un miedo neurótico de las alturas como parte de su programación; y a consecuencia de ello, se negaría a arriesgarse incluso cuando el entorno sea seguro. Dado que esta programación opera a tan bajo nivel, y es creada cuando el bebé está luchando tanto por sobrevivir en un entorno extraño, podría ser muy difícil de cambiar más adelante en la vida.

En este punto, el bebé puede desplazarse, y por tanto se mueve al segundo circuito, el territorial, a medida que descubre otras entidades en el universo con las que debe interactuar, y las incorpora en su modelo de realidad. Esta parte de la programación del bebé está relacionada principalmente con la jerarquía de grupo, las emociones sin refinar, y el dominio/sumisión.

A medida que el bebé aprende a hablar, el bebé pasa al tercer circuito, el semántico. Ahora puede comunicarse con otras entidades y manipularlas verbalmente en su universo, y esto provee de un mecanismo para que los padres y familiares pasen sus modelos de realidad al niño. El lenguaje también permite al niño crear sus propios modelos cada vez más complejos y abstractos de realidad, llevando indirectamente a actividades tales como la filosofía y la ciencia.

La consciencia se encuentra ahora bien establecida en el modelo de realidad del niño, ya que puede verse como un actor en relación con una entidad externa. Sin embargo, este modelo de sí mismo podría estar lejos de sí mismo. Esto es especialmente destacable cuando el niño empieza a intentar explicar su naturaleza a otras entidades; podemos hablar de querer hacer diversas cosas que nunca hacemos, porque el modelo de los deseos sea muy distinto al de sus verdaderos deseos, así como por el sesgo introducido por la propia naturaleza del lenguaje.

Así, el lenguaje es a la vez un beneficio y una maldición. Podemos usarlo para transmitir nuestros modelos de realidad a otros, pero aquellos que se concentran principalmente en un pensamiento propio del tercer circuito se encuentran a menudo satisfechos con hablar, en lugar de actuar. Un problema mayor es que el uso del lenguaje tiende a llevar al monólogo perpétuo interno del pensamiento, analizando continuamente la realidad y perdiendo el tiempo en repasar una y otra vez los errores pasados, o intentando predecir el futuro. Tal análisis es ciertamente útil, pero mucha gente se hace adicta a pensar cuando podría irles mejor relajándose y disfrutando de la vida. De aquí, el deseo del místico por el 'silencio interior'.

Cuando el niño crece y pasa a la adolescencia, la comunicación de sus compañeros y sus mayores empieza a programarles para que adopten su papel en su cultura. Por ejemplo, en una cultura cristiana serán programados para que crean en el dios cristiano y en especial para que no lleven a cabo actos sexuales sin el permiso de un clérigo, un programa que da a la iglesia una gran cantidad de poder. Al igual que su modelo de la realidad externa y su modelo de sí mismos, adquirirán otro modelo del yo ideal que la sociedad desea, y las diferencias entre su modelo de sí mismos y este modelo ideal aparecerán como culpa. A esto es a lo que nos referimos como moral, en el contexto del cuarto circuito, el socio-sexual.

Después de mucho trabajo, el bebé ha creado un modelo de la realidad que funciona, y mucha gente teme tanto tener que rediseñar tal modelo que luchará para restringir el cambio e intentar forzar su modelo sobre el resto de individuos para intentar controlar la realidad. De aquí la preponderancia de los gobiernos, las religiones y otros agentes que actúan para frenar la velocidad del cambio. Tan pronto como una nueva idea aparezca será prohibida, puesto que de otra forma la gente tendría que despertar de su sonambulismo para poder asumirla.

¿Pero y aquellos que quieren más en la vida que su porción en el ciclo eterno de nacimientos, matrimonios, y muertes? ¿O aquellos que descubren a través de la experiencia que la programación del cuarto circuito es mentira? Más aún, la primera ruptura racional en que nos damos cuenta de que incluso las cosas más básicas que tenemos asumidas sobre la realidad podrían ser erróneas, podemos encontrarnos en un estado de shock que nos acabe por dejar confusos para siempre.

Históricamente, los místicos han llamado a esta experiencia "Chapel Perilous" (Peligrosa Capilla), o "El Abismo". Una metáfora más reciente es "La Aldea", en el show televisivo "El Prisionero" de Patrick McGoohan. Se trata de un lugar donde lo que sucede parece estar totalmente fuera de control, nada es lo que parece, y las únicas formas de salir son o bien de alguna forma "escapar", o regresar a tu antiguo mundo, o perder la cabeza (por ejemplo, caer en algún modelo aleatorio de realidad que sea negativo, en particular de cara a tu interrelación con tu entorno). Peor aún, podrías pensar que has escapado, sólo para descubrir que esa salida en sí no era más que otra ilusión.

El problema es que el modelo de realidad que construímos, alrededor del cual basamos nuestras vidas enteras, resulta ser incorrecto y tenemos que encontrar un modelo nuevo, personal, para sustituirlo. De hecho se nos devuelve a nuestro estado de infancia, sólo que ahora no tenemos siquiera 'adultos' que nos ayuden. Hay dos formas de salir; o bien permitir que otra persona te reprograme, o aprender a reprogramarte a tí mismo.

Un método tradicional de encontrar otro modelo de interpretación es unirte a una religión establecida o a un grupo místico a través del cual puedas 'renacer' dentro de otra realidad ya prefabricada (por ejemplo, los cristianos 'renacidos'). Otra es hacer eso mismo pero respecto a otro individuo y dejarle que te diga que hacer, adoptando su modelo de realidad (y creando un padre substituto). Encontrar una salida personal es mucho más difícil.

Ambos 'amor verdadero' y 'verdaderas' religiones, pueden empujar más allá del ciclo reproductivo tradicional al quinto circuito en supuesta plenitud; neurosomático, relacionado principalmente con los estados extáticos. Otras formas de alcanzarlo incluyen el uso de drogas como hachís y MDMA, tantra, T'ai Chi, Terapia gestaltista, o el ejercicio más allá del punto de agotamiento (baile, etc) para favorecer la producción de endorfinas en el cerebro. Es de destacar en cualquier caso, que dado que el estado extático es muy adictivo, personas y grupos capaces de generar ese estado en otros pueden tener la posibilidad de controlarlos.

Para mucha gente un nuevo modelo de realidad, reorganizado de una forma u otra, será suficiente; pero algunos querrán ir mas allá. En lugar de adoptar el modelo de realidad de otro, se trataría de convertirse en verdaderos metaprogramadores y aprender a controlar su propia programación, sus propios modelos. Se han descubierto numerosos mecanismos a lo largo de la historia para la metaprogramación, pero muchos necesitan años de meditación e introspección. Con el descubrimiento de psicodélicos de potencia creciente como el LSD, la experiencia se ha abierto a cualquiera que lo desee.

Bien podría ser el LSD la 'piedra filosofal' que buscaban los alquimistas, capaz de cambiar la típica plomiza personalidad en oro. Leary describe la experiencia arquetípica de viaje con una alta dósis de LSD en su "Experiencia Psicodélica" (Psychedelic Experience), basada en el Libro Tibetano de los Muertos; el pico de la experiencia de LSD revienta la capacidad del cerebro para hacer un modelo de la realidad, dejando al consumidor en presencia de lo que los budistas llaman la 'Clara Luz', o lo que consideramos como la recepción sensorial externa sin filtrado, una deslumbrante luz blanca que debemos interpretar de alguna forma (la misma luz parece que se ve en experiencias cercanas a la muerte y orgasmos fuertes). Tal experiencia, puede ser extremadamente desconcertante si nos encontramo demasiado atados a sus programas y modelos.

A medida que el consumidor baja del pico, puede jugar con sus programas y modelos de realidad como lo desee. Puede experimentar con nuevas formas de modelar la realidad externa y nuevos programas para interactuar con ella, y ver cómo esto altera su percepción. Más importante, puede elegir cuál de estos modelos y programas debería retener cuando regresa a esta 'realidad consensuada'.

Ya que estamos en gran medida compuestos de nuestros programas y modelos, una experiencia capital de metaprogramación se percibe en gran medida como un ciclo de muerte y renacimiento. Podemos sentirnos literalmente como si fueramos una nueva persona dentro del mismo cuerpo. Esto en sí puede generar problemas significativos cuando otros intentan relacionarse con nosotros de formas que de pronto resulten antiguas, programadas. Podrían llegar a bloquear e ignorar nuevos parámetros de entrada que demuestran nuestra nueva personalidad si esta ha variado radicalmente, para poder retener el sentimiento de seguridad de sus antiguos métodos de relacionarse con nosotros; incluso si realmente hemos cambiado. En algunos casos esto puede llegar a tales extremos que se acabe buscando nuevos amigos en lugar de persuadirlos de que esa nueva realidad es así.

Hay, sin duda, muchos otros métodos de metaprogramación que no son tan peligrosos para el individuo, ya que se concentran en áreas específicas de nuestra programación y tienen el beneficio de siglos de desarrollo. Algunos ejemplos son el yoga y el T'ai Chi, que intentan desestresar músculos y en consecuencia los bloqueos mentales que los causaron originalmente, o las artes marciales que borran nuestros programas inseguros de un nivel más "bajo". Aunque estos métodos son efectivos en aquellos que no entienden cómo funcionan, son mucho más efectivos en los metaprogramadores conscientes que conozcan la herramienta en sí.

La experiencia de metaprogramación con LSD también puede obtenerse del modo tradicional a través de un largo entrenamiento y de la meditación. Richard Alpert informa en "Sé Aquí Ahora" que algunos de los maestros indios que ha visitado, afirmaban que grandes dósis de LSD producían efectos similares pero menos potentes que la meditación. Otra posibilidad es a través del estudio de la Magia(k), donde los estudiantes aprenden a variar sus modelos de realidad hasta que hacerlo se convierte en algo natural.

Estos métodos dan al estudiante una aproximación lenta y controlada al circuito de metaprogramación, en lugar de arrojarlos a la montaña rusa de un viaje de ácido. Otra posibilidad, y quizá la más efectiva, es la combinación de ritual y psicodélicos. Metaprogramadores con mayor experiencia pueden diseñar rituales que se llevan a cabo antes, durante y después de un viaje y lo empujan en una dirección específica. Tales rituales se han utilizado durante milenios por maestros chamanistas.

Algo como esto puede reafirmar la seguridad del consumidor hasta que tiene suficiente experiencia como para operar sólo, pero convierte a los metaprogramadores en programadores; los rituales programarán al viajero y una mala elección de rituales podría instalar una mala programación,. Por ejemplo, parece que Manson programaba la obediencia absoluta de sus seguidoras practicándoles sexo oral después de darles ácido. Otro ejemplo, una queja habitual sobre el MDMA, es que puede crear lazos emocionales 'inapropiados' entre sus usuarios (aunque, claro, pocos podrían argumentar racionalmente que amar a tus enemigos con MDMA es peor que golpearles con alcohol), y un uso descuidado del ácido puede provocar problemas mucho mayores.

El objetivo de este proceso, es enfrentarnos cara a cara con nuestra programación y mostrarnos el escaso control que tenemos sobre nuestras vidas. Hasta que nos damos cuenta de que la mayor parte de nuestras acciones son el resultado de programas que no controlamos, no tenemos la habilidad de controlarlos, y por tanto carecemos de libre 'voluntad'.

Por supuesto, esta 'libre voluntad' es meramente otro programa superpuesto a nuestro software de bajo nivel, una 'meta-consciencia' superpuesta a nuestro programa tradicional de consciencia. Somos aún ordenadores, pero a la vez ordenadores que sabiendo que lo son saben cómo reprogramar sus operaciones o cambiar sus modelos de realidad. Con práctica, podemos aprender a analizar conscientemente las impresiones sensoriales de entrada y elegir cómo reaccionar en lugar de actuar de formas rígidamente programadas.

Este extremo idealizado sería, en esencia, lo que varios caminos místicos llaman 'iluminación' -- manejarse con la realidad tal como es en lugar de intentar forzarla para que se ajuste a nuestros mapas, y vivir fuera de nuestros juegos sociales -- y nuestra 'voluntad' metaconsciente, o a lo que Crowley se refería como 'verdadera voluntad'. La pérdida del ego en el sentido de pretender que nuestro modelo de la realidad es la realidad, y el que aun participando en los juegos sociales, esto se llevara a cabo por elección en lugar de por hábito. En caso de entender las reglas del juego también se podría jugar mejor que quienes no perciben el carácter de "juego" de las interacciones sociales.

El modelo de Leary tiene otros dos circuítos más allá de la fase de metaprogramación; sin embargo, los considero altamente dudosos sin mayor exploración. El DMT parece invocar estos circuitos, permitiendo la comunicaciones con entidades que supuestamente existen fuera de esta realidad, con un cuestionamiento respecto a si estas percepciones son reales, o tan sólo mecanismos mentales, partes de nuestra propia programación. En cualquier caso, hay suficiente trabajo que hacer llevando a la raza humana al completo a estos estados "iluminados" como para tener que preocuparnos de qué pasa después.

Así que, de esto se trata; la psicología moderna, la programación en informática y la neurofisiología se unen al misticismo de los tiempos remotos. Tras el ocaso del siglo XX, se plantea la posibilidad de llegar a nuevos modos de consciencia que permitirán a la gente operar en formas que se encuentran tan adelantadas respecto a un adulto típico como lo está un adulto respecto a un niño. Metaprogramadores del mundo uníos,... ¡no tenéis nada que perder, excepto vuestro bugs!




Referencias:

[1] John C. Lilly, M.D., Prefacio de "Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer", Julian Press


Bibliografía

'Angel Tech' -- Antero Alli, New Falcon Publications, ISBN 0-941404-45-5

'Be Here Now' -- Richard Alpert

'Consciousness Explained' -- Daniel C. Dennett, Little Brown & Co, ISBN 0-316-18066-1

'Gestalt Therapy' -- F. Perls, R.F. Hefferline, P. Goodman, Souvenir Press, ISBN 0-285-62665-5

'Neuropolitique' -- Timothy Leary, Falcon Press, ISBN 0-941404-84-6

'Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer' -- John C. Lilly, M.D., Julian Press

'Prometheus Rising' -- Robert Anton Wilson, Falcon Press, ISBN0-941404-19-6

'The Book of Lies' -- Aleister Crowley

'The Center of the Cyclone' -- John C. Lilly, M.D., Bantam Books, ISBN 0-553-13349-7

'The Human Evasion' -- Celia Green

'The Psychedelic Experience' -- Timothy Leary, Ph.D., Ralph Metzner, Ph.D., & Richard Alpert, Ph.D.

lunes, 27 de abril de 2009

RUPERT SHELDRAKE: RESONANCIA MÓRFICA E INCONSCIENTE COLECTIVO


Mente, memoria y arquetipo

Autor: Rupert Sheldrake


Traducción: Vanessa M. Servant

Resonancia Mórfica e Inconsciente Colectivo

En este artículo discutiré el concepto de memoria colectiva como base para comprender el concepto junguiano de inconsciente colectivo. El inconsciente colectivo sólo cobra sentido en el contexto de alguna noción de memoria colectiva. Esto nos lleva a un examen de largo alcance sobre la naturaleza y el principio de la memoria, no sólo en los seres humanos, o en el reino animal, ni siquiera sólo en el ámbito de la vida, sino en el universo como un todo. Una perspectiva tan abarcadora es parte de un cambio de paradigma muy profundo que está aconteciendo en la ciencia: el cambio de una visión mecanicista del mundo a una evolucionista y holística.

Rupert Sheldrake Esta visión cartesiana y mecanicista es, en muchos sentidos, el paradigma predominante todavía hoy en día, especialmente en biología y medicina. El noventa por ciento de los biólogos estaría orgulloso de declararse biólogos mecanicistas. Aunque la física ha ido más allá de la visión mecanicista, gran parte de nuestro pensamiento sobre la realidad física está todavía moldeada por ella, incluso en aquellos de nosotros a los que nos gustaría creer que hemos ido más allá de este marco de pensamiento. Por consiguiente examinaré brevemente algunos de los supuestos fundamentales de la visión mecanicista del mundo a fin de mostrar cómo sigue profundamente arraigada en la forma de pensar de la mayoría de nosotros.

LAS RAÍCES MECANICISTAS EN EL MISTICISMO NEOPLATÓNICO

Es interesante observar que las raíces de la visión mecanicista del mundo del siglo XVII pueden remontarse a la religión mística de la antigüedad. La visión mecanicista fue de hecho una síntesis de dos tradiciones de pensamiento, ambas basadas en la intuición mística de que la realidad es atemporal e inmutable. Una de estas tradiciones proviene de Pitágoras y Platón, quienes estaban fascinados por las verdades eternas de las matemáticas. En el siglo XVII, esto evolucionó a una visión de la naturaleza como estando gobernada por ideas eternas, proporciones, principios o leyes que existían dentro de la mente de Dios. Dicha visión del mundo acabó por hacerse dominante y, gracias a filósofos y científicos tales como Copérnico, Kepler, Descartes, Galileo y Newton, fue incorporada a las bases de la física moderna.

Básicamente, expresaban la idea de que los números, las proporciones, las ecuaciones y los principios matemáticos son más reales que el mundo físico que experimentamos. Incluso hoy, muchos matemáticos se inclinan hacia este tipo de misticismo pitagórico o platónico. Piensan en el mundo físico como una cosificación de los principios matemáticos, como un reflejo de las leyes eternas numéricas y matemáticas. Esta visión es extraña al pensamiento de la mayoría de nosotros, quienes tomamos al mundo físico como el mundo “real” y a las ecuaciones matemáticas como una descripción artificial, y posiblemente inexacta, de ese mundo “real”. No obstante, esta visión mística ha evolucionado hasta el actual y predominante punto de vista científico de que la naturaleza está gobernada por leyes eternas, inalterables, inmutables y omnipresentes. Las leyes de la naturaleza son siempre y en todo lugar.

RAÍCES MATERIALISTAS EN EL ATOMISMO

La segunda de las visiones de inmutabilidad que emergió en el siglo VXII proviene de la tradición atomista del materialismo, la cual trató una cuestión que estaba ya profundamente arraigada en el pensamiento griego, a saber, el concepto de realidad inmutable. Parménides, un filósofo presocrático, tuvo la idea de que sólo el ser es; el no-ser no es. Si algo es, no puede cambiar porque, a fin de cambiar, debería combinar ser y no-ser, lo cual era imposible. Por lo tanto, concluyó que la realidad era una esfera homogénea e inmutable. Por desgracia para Parménides, el mundo que experimentamos no es homogéneo, inmutable o esférico. A fin de hacer prevalecer su teoría, Parménides sostuvo que el mundo que experimentamos es una ilusión. Esta no era una solución muy satisfactoria, y los pensadores de la época intentaron hallar un modo de resolver este dilema.

La solución de los atomistas fue afirmar que la realidad consiste en un gran número de esferas (o partículas) homogéneas e inmutables: los átomos. En lugar de una gran esfera inmutable, hay muchas esferas pequeñas e inmutables moviéndose en el vacío. Las apariencias cambiantes del mundo pudieron entonces ser explicadas en términos de los movimientos, permutaciones y combinaciones de los átomos. Esta es la intuición original del materialismo: que la realidad consistía en materia atómica eterna y en el movimiento de esta materia.

Finalmente, la combinación de esta tradición materialista con la tradición platónica dio origen a la filosofía mecánica que emergió en el siglo XVII, y produjo un dualismo cósmico que ha estado entre nosotros desde entonces. Por una parte tenemos átomos eternos de materia inerte; por otra, leyes no-materiales e inmutables que son antes bien ideas que cosas físicas y materiales. En este tipo de dualismo, ambas partes son inmutables; una creencia que no sugiere inmediatamente la idea de un universo en evolución. De hecho, los físicos han sido muy reacios a aceptar la idea de evolución precisamente porque encaja muy pobremente con la noción de materia eterna y leyes inmutables. En la física moderna, la materia es vista ahora como una forma de energía; la energía eterna ha remplazado a la materia eterna, pero poco más ha cambiado.

LA EMERGENCIA DEL PARADIGMA EVOLUCIONISTA

No obstante, el paradigma evolucionista ha ido ganando terreno continuamente durante los últimos dos siglos. En el siglo XVIII, los desarrollos social, artístico y científico se veían generalmente como un proceso progresivo y evolutivo. La revolución industrial hizo de este punto de vista una realidad económica en parte de Europa y América. A principios del siglo XIX había varias filosofías evolucionistas y, para la década de 1840, la teoría evolucionista del marxismo había sido publicada. En este contexto teórico de evolucionismo social y cultural, Darwin propuso su teoría biológica de la evolución, la cual amplió la visión evolucionista a toda la vida. Sin embargo esta visión no se extendía al universo entero. Irónicamente, Darwin y los neodarwinistas intentaron encajar la evolución de la vida sobre la tierra dentro de un universo estático, o lo que era peor, un universo que en realidad se pensaba que estaba decayendo termodinámicamente y dirigiéndose hacia una “muerte térmica”.

Todo cambió en 1966 cuando los físicos aceptaron finalmente una cosmología evolucionista en la que el universo ya no era eterno. En lugar de eso, el universo se originó en un Big Bang [Gran Explosión] alrededor de 15 billones de años atrás y ha estado evolucionando desde entonces. Así que ahora tenemos una física evolucionista. Pero tenemos que recordar que esta física tiene sólo alrededor de 20 años de antigüedad, y que las implicaciones y consecuencias del descubrimiento del Big Bang no se conocen completamente todavía.

La propia física está apenas empezando a adaptarse a esta nueva visión, la cual, como hemos visto, desafía el supuesto más fundamental de la física desde los tiempos de Pitágoras: la idea de leyes eternas. Tan pronto como tenemos un universo en evolución nos enfrentamos con la cuestión de: ¿qué pasa con las leyes eternas de la naturaleza? ¿Dónde estaban dichas leyes antes del Big Bang? Si las leyes de la naturaleza existían antes del Big Bang, entonces está claro que no son físicas; de hecho, son metafísicas. Esto pone al descubierto la suposición metafísica que subyace a la idea de leyes eternas a lo largo del tiempo.

¿LEYES DE LA NATURALEZA, O SIMPLEMENTE HÁBITOS?

Existe sin embargo una alternativa: la de que el universo es más como un organismo que como una máquina. El Big Bang recuerda las historias míticas de la incubación del huevo cósmico: crece y, según crece, sufre una diferenciación interna que es más parecida a la de un gigantesco embrión cósmico que a una enorme máquina de una teoría mecanicista. A partir de esta alternativa orgánica, podría tener sentido pensar en las leyes de la naturaleza como si fueran más bien hábitos. Quizás las leyes de la naturaleza son hábitos del universo, y quizás el universo posee una memoria incorporada.

Hace unos 100 años, el filósofo americano C.S. Pierce dijo que si nos tomáramos la evolución seriamente, si pensáramos que el universo entero evoluciona, entonces deberíamos pensar en las leyes de la naturaleza como de algún modo asemejables a hábitos. Esta idea era en realidad bastante corriente, especialmente en América. Fue expuesta por William James y otros filósofos americanos, y debatida bastante profusamente a finales de este último siglo. En Alemania, Nietzsche fue lo suficientemente lejos como para sugerir que las leyes de la naturaleza sufrían la selección natural: Quizás había muchas leyes naturales al principio, pero sólo sobrevivieron las que se revelaron exitosas. Por tanto, el universo que vemos posee leyes que han evolucionado mediante selección natural.

Los biólogos también pasaron a interpretar los fenómenos en términos de hábito. El más interesante de tales teóricos fue el escritor inglés Samuel Butler, cuyos libros más importantes sobre este tema fueron Life and Habit [Vida y Hábito] (1878) y Unconscious Memory [Memoria Inconsciente] (1881). Butler sostuvo que la totalidad de la vida implicaba una memoria inconsciente inherente a la misma. Los hábitos, los instintos de los animales, la forma en que se desarrollan los embriones, todo reflejaba un principio básico de memoria inherente a la vida. Incluso propuso que debe haber una memoria inherente a átomos, moléculas, y cristales. Hubo, pues, un período al final del último siglo en el que la biología fue vista en términos evolutivos. Es sólo desde 1920 que el pensamiento mecanicista ha llegado a predominar sobre el pensamiento biológico.

¿CÓMO SURGE LA FORMA?

La hipótesis de causación formativa, que es la base de mi trabajo, parte del problema de la forma biológica. Dentro de la biología ha existido un prolongado debate sobre la forma en la que los embriones y organismos se desarrollan. ¿Cómo crecen las plantas a partir de las semillas? ¿Cómo se desarrollan embriones a partir de huevos fertilizados? Por supuesto esto es un problema sólo para los biólogos, no para los embriones y los árboles, los cuales ¡simplemente lo hacen! Sin embargo, los biólogos encuentran difícil hallar una explicación causal para la forma. En física, en cierto sentido, la causa es igual al efecto. La cantidad de energía, de materia y de momentum [impulso] antes de un cambio dado es igual a la cantidad posterior. La causa está contenida en el efecto y el efecto en la causa. Sin embargo, cuando consideramos el crecimiento de un roble a partir de una bellota, no parece haber de ninguna manera obvia una equivalencia de causa y efecto.

En el siglo XVII, la teoría mecanicista principal de la embriología era simplemente que el roble estaba contenido en la bellota. Dentro de cada bellota había un roble en miniatura que se inflaba según el roble crecía. Esta teoría era aceptaba de manera bastante amplia, y era la más consistente con el enfoque mecanicista, tal y como entonces se comprendía. Sin embargo, como los críticos señalaron rápidamente, si el roble se infla y él mismo produce bellotas, entonces el roble inflable debe contener bellotas inflables que contienen robles inflables, y así ad infinitum.

Si, por otra parte, más forma provenía de menos forma (cuyo nombre técnico es “epigénesis”), entonces ¿de dónde proviene la menos forma? ¿Cómo aparecían las estructuras que no estaban ahí anteriormente? Ni platónicos ni aristotélicos tenían ningún problema con esta cuestión. Los platónicos decían que la forma proviene del arquetipo platónico: si hay un roble, entonces hay una forma arquetípica de un roble, y todos los robles reales son simplemente reflejos de este arquetipo. Como este arquetipo está más allá del espacio y el tiempo, no hay necesidad de incorporarlo a la forma física de la bellota. Los aristotélicos, por su parte, sostenían que todas las especies tienen su propio tipo de alma, y el alma es la forma del cuerpo. El cuerpo está en el alma, no el alma en el cuerpo. El alma es la forma del cuerpo, está alrededor del cuerpo y contiene el objetivo de desarrollarse (lo cual formalmente se denomina “entelequia”). Un alma de roble contiene al eventual roble.

¿ES EL ADN UN PROGRAMA GENÉTICO?

No obstante, una visión mecanicista del mundo niega el animismo en todas sus formas. Niega la existencia del alma y la de de cualesquiera principios organizativos no-materiales. Por consiguiente, los mecanicistas deben poseer algún tipo de preformacionismo. A finales del siglo XIX, la teoría del biólogo alemán August Weissman sobre el plasma germinal reavivó la idea del preformacionismo; La teoría de Weissman establecía “determinantes”, que supuestamente hacían crecer al organismo dentro del embrión. Este es el antecesor de la actual idea de programación genética, la cual constituye otro resurgimiento del preformacionismo bajo un disfraz moderno.

Como veremos, este modelo no funciona demasiado bien. Se supone que el programa genético es idéntico al ADN, el compuesto químico genético. La información genética está codificada en el ADN y este código forma el programa genético. Pero un salto tal requiere proyectar sobre el ADN propiedades que realmente no posee. Sabemos lo que hace el ADN: codifica las proteínas; codifica la secuencia de aminoácidos que forman las proteínas. No obstante, existe una gran diferencia entre codificar la estructura de una proteína –un constituyente químico del organismo– y programar el desarrollo de un organismo entero. Es la diferencia entre fabricar ladrillos y construir una casa con esos ladrillos. Necesitas los ladrillos para construir la casa. Si tienes ladrillos defectuosos, la casa será defectuosa. Pero el plano de la casa no está contenido en los ladrillos, o en el mallado de alambre, o en las vigas, o el cemento.

Análogamente, el ADN sólo codifica los materiales a partir de los cuales el cuerpo es construido: las enzimas, las proteínas estructurales, etcétera. No hay evidencia de que también codifique el plano, la forma, la morfología del cuerpo. Para ver esto más claramente, piense en sus brazos y piernas. La forma de los brazos y las piernas es diferente; es obvio que tienen una forma diferente entre sí. Sin embargo, los compuestos químicos de los brazos y las piernas son idénticos. Los músculos son los mismos, las células nerviosas son las mismas, las células de la piel son las mismas, y el ADN es el mismo en todas las células de los brazos y de las piernas. De hecho, el ADN es el mismo en todas las células del cuerpo. Sólo el ADN no puede explicar la diferencia de forma; se necesita algo más para explicar la forma.

En la biología mecanicista actual, se suele asumir que esto depende de lo que se llama “patrones complejos de interacción físico-química no comprendidos plenamente todavía.” Así, la teoría mecanicista actual no constituye una explicación sino meramente la promesa de una explicación. Es lo que Sir Karl Popper ha llamado un “mecanismo promisorio”; implica emitir pagares para futuras explicaciones que todavía no existen. Como tal, no es realmente un argumento objetivo; es meramente una declaración de fe.

¿QUÉ SON LOS CAMPOS MÓRFICOS?

La cuestión del desarrollo biológico, de la morfogénesis, está actualmente bastante abierta y es tema de mucho debate dentro de la propia biología. Una alternativa al enfoque mecanicista/reduccionista, que ha estado dando vueltas desde el 1920 es la idea de campos morfogenéticos (moduladores de forma). En este modelo, los organismos que crecen están modulados por campos que están tanto dentro como alrededor de ellos, campos que contienen, como si se dijera, la forma del organismo. Esto se encuentra más próximo a la tradición aristotélica que a cualquiera de los otros enfoques tradicionales. Según va desarrollándose un roble, la bellota está asociada con un campo de roble, una estructura organizadora invisible que organiza el desarrollo del roble; es como un molde del roble, dentro del cual crece el organismo que se desarrolla.

Un hecho que conduce al desarrollo de esta teoría es la notable habilidad que poseen los organismos para reparar los daños. Si cortas un árbol en pequeños pedazos, cada pedacito, tratado convenientemente, puede crecer como un nuevo árbol. De modo que a partir de un diminuto fragmento, puedes obtener una totalidad. Las máquinas no hacen eso; no tienen este poder de permanecer íntegras si retiras partes de ellas. Pica un ordenador en pedacitos y todo lo que obtienes es un ordenador roto. No se regenera en la forma de montones de pequeños ordenadores. Pero si cortas un gusano platelminto en pedacitos, cada pedazo puede crecer como un nuevo platelminto.

Otra analogía es la del imán. Si partes un imán en pedacitos, obtienes montones de pequeños imanes, cada uno con su campo magnético completo. Esta es una propiedad holística que poseen los campos y que no tienen los sistemas mecánicos, a no ser que estén asociados a campos. Otro ejemplo más todavía es el holograma, cualquier parte del cual contiene la totalidad. Un holograma está basado en patrones de interferencia en el interior de campos electromagnéticos. Los campos tienen así una propiedad holística que resultaba muy atractiva para los biólogos que desarrollaron este concepto de campos morfogenéticos.

Cada especie tiene sus propios campos, y en el interior de cada organismo existen campos dentro de campos. Dentro de cada uno de nosotros está el campo de todo el cuerpo; campos para los brazos y piernas y campos para los riñones e hígados; en el interior hay campos para los diferentes tejidos dentro de estos órganos, y después campos para las células, y campos para las estructuras subcelulares, y campos para las moléculas, etcétera. Existe una serie entera de campos dentro de campos. La esencia de esta hipótesis que estoy proponiendo es que estos campos, que están ya aceptados bastante ampliamente dentro de la biología, poseen una especie de memoria inherente que se deriva de formas previas de un tipo similar. El campo del hígado está modulado por las formas de hígados anteriores y el campo del roble por las formas y organización de robles anteriores. A través de estos robles, mediante un proceso llamado “resonancia mórfica”, la influencia de lo similar sobre lo similar, existe una conexión entre campos similares. Esto significa que la estructura de campos tiene una memoria acumulativa, basada en lo que le ha ocurrido a la especie en el pasado. Esta idea se aplica no solo a los organismos vivos sino también a moléculas proteicas, cristales e incluso a átomos. En el reino de los cristales, por ejemplo, la teoría diría que la forma que adopta un cristal depende de su campo mórfico característico.

“Campo mórfico” es un término más amplio que incluye los campos tanto de forma como de comportamiento. De aquí en adelante, usaré la palabra “campo mórfico” en lugar de “morfogenético”.

QUÍMICOS BARBUDOS e ITINERANTES

Si sintetizas un nuevo compuesto y lo cristalizas, la primera vez no existirá un campo mórfico para él. Por lo tanto, puede ser muy difícil que cristalice; tendrás que esperar a que emerja un campo mórfico. Sin embargo, la segunda vez, incluso si lo sintetizas en alguna otra parte del mundo, habrá una influencia por parte de la primera cristalización, de modo que debería cristalizar un poco más fácilmente. La tercera vez habrá una influencia de las primera y segunda, y así sucesivamente. Debido a la influencia acumulativa de los cristales previos, cuanto más frecuentemente sea cristalizado dicho compuesto, debería resultar cada vez más fácil cristalizarlo. Y, de hecho, esto es exactamente lo que ocurre. Los químicos de síntesis observan que los nuevos compuestos son generalmente muy difíciles de cristalizar. Pero según avanza el tiempo, generalmente se consiguen cristalizar con mayor facilidad en todo el mundo. La explicación convencional es que esto ocurre porque fragmentos de cristales previos [que actuarían como nuevos núcleos de cristalización] son trasportados de laboratorio en laboratorio en las barbas de químicos itinerantes. Y cuando no ha habido ningún químico itinerante, se asume entonces que los fragmentos flotan en la atmósfera como microscópicas partículas de polvo.

Quizá los químicos itinerantes transportan efectivamente fragmentos sobre sus barbas y quizá partículas de polvo pululan de hecho por la atmósfera. Sin embargo, si uno mide en diferentes partes del mundo el ritmo de cristalización bajo rigurosas condiciones de control y en recipientes sellados, todavía debería observar un ritmo acelerado de cristalización. Este experimento aún no ha sido realizado. Pero un experimento relacionado con los ritmos de las reacciones químicas de nuevos procesos de síntesis está siendo considerado en el presente por una gran compañía química en Gran Bretaña. Y es que, si estas cosas ocurren, sus consecuencias para la industria química son harto importantes.

UNA NUEVA CIENCIA DE LA VIDA

Existe un gran número de experimentos que pueden realizarse en el campo de la forma biológica y el desarrollo de la forma. En consecuencia, se aplican los mismos principios al comportamiento, las formas de comportamiento y los patrones de comportamiento. Considérese la hipótesis de que si se entrenan ratas para que aprendan un nuevo truco en Santa Bárbara, entonces ratas a todo lo largo y ancho y del mundo deberían ser capaces de aprender a hacer el mismo truco más rápidamente, simplemente porque las ratas de Santa Bárbara lo han aprendido. Este nuevo patrón de aprendizaje estará, como si dijéramos, en la memoria colectiva de las ratas, en el campo mórfico de las ratas, con el que otras ratas pueden sintonizar por resonancia mórfica, simplemente porque son ratas y porque están en circunstancias similares. Puede parecer poco probable, pero este tipo de cosas ocurre o no ocurre.

Entre el vasto número de artículos sobre la psicología de las ratas que hayamos en los archivos de experimentos, hay cierto número de ejemplos experimentales en los cuales los investigadores han monitorizado de hecho ritmos de aprendizaje a lo largo del tiempo y han descubierto misteriosos incrementos. En mi libro Una Nueva Ciencia de la Vida [A New Science of Life], describo una serie tal de experimentos, que se extendió por un período de 50 años. Un experimento empezado en Harvard y luego continuado en Escocia y Australia, demostró que las ratas incrementaron su ritmo de aprendizaje más de diez veces. Se trata de un fenómeno enorme, no de algún resultado marginal estadísticamente significativo. Este ritmo mejorado de aprendizaje ocurrió en situaciones de aprendizaje idénticas, en estas tres localizaciones separadas y en todas las ratas de la misma raza, no sólo en ratas descendientes de padres entrenados.

Existen otros ejemplos de difusión espontánea de nuevos hábitos en animales y aves, que proporcionan al menos evidencia circunstancial de la teoría de resonancia mórfica. El mejor documentado de éstos lo constituye el comportamiento de los herrerillos azules, un pequeño pájaro de cabeza azulada común en toda Gran Bretaña. Todavía hoy se reparte leche fresca de puerta en puerta cada mañana en Gran Bretaña. Hasta alrededor del año 1950, los tapones de las botellas de leche se hacían de cartón. En 1921, en Southampton, se observó un extraño fenómeno. Cuando la gente salía por la mañana a recoger sus botellas de leche, encontraba pequeños trozos de cartulina todo en rededor de la base de la botella, y que la crema de la parte superior de la botella había desaparecido. Una observación más estrecha reveló que esto era causado por los herrerillos azules, los cuales se sentaban sobre la boca de la botella, extraían la cartulina con sus picos, y después bebían la crema. ¡Incluso se dieron varios casos trágicos en los que herrerillos azules fueron descubiertos ahogados con la cabeza en la leche!

Este incidente produjo un considerable interés. El hecho apareció entonces en otro lugar de Gran Bretaña, a cerca de 50 millas de distancia; y después en algún otro lugar a 100 millas de distancia. Fuere cuando fuere que comenzara el fenómeno de los herrerillos azules, empezó a extenderse localmente, presumiblemente por imitación. Sin embargo, los herrerillos azules son criaturas muy hogareñas, y normalmente no viajan más de cuatro o cinco millas. Por lo tanto, la diseminación del comportamiento a lo largo de grandes distancias sólo podía explicarse en términos de un descubrimiento independiente del hábito.

El hábito del herrerillo azul fue cartografiado a lo largo y ancho de Gran Bretaña hasta 1947. Para entonces se había vuelto más o menos universal. Las personas que realizaron el estudio llegaron a la conclusión de que debió ser “inventado” de manera independiente por lo menos 50 veces. Aún más, el ritmo de extensión del hábito se aceleró con el paso del tiempo. En otros lugares de Europa donde las botellas de leche son repartidas al pie de las escaleras de las casas, tales como Escandinavia y Holanda, el hábito también afloró durante los años 1930, extendiéndose de una manera similar. He aquí un modelo de comportamiento que se extendió de un modo tal que parecía acelerarse con el tiempo, y que podría proporcionar un ejemplo de resonancia mórfica.

Pero existe una evidencia aún más fuerte de la resonancia mórfica. Debido a la ocupación alemana de Holanda, el reparto de leche cesó durante 1939-40. Los repartos no se reanudaron hasta 1948. Como los herrerillos azules suelen vivir sólo dos o tres años, probablemente no quedaban herrerillos azules vivos en 1948 que habían vivido en la época en que la leche fue repartida por última vez. Sin embargo, en cuanto se retomó el reparto de leche en 1948, la apertura de botellas de leche por los herrerillos azules surgió rápidamente en lugares bastante separados de Holanda, extendiéndose de manera extremadamente rápida hasta que, en uno o dos años, era una vez más universal. Tal comportamiento se difundió con mucha más rapidez, y surgió independientemente con una frecuencia mucho mayor, la segunda vez que la primera. Este ejemplo prueba la propagación evolutiva de un nuevo hábito que probablemente no es genética sino que depende más bien de una especie de memoria colectiva debida a la resonancia mórfica.

Lo que estoy sugiriendo es que la herencia no depende sólo del ADN, el cual permite a los organismos construir los bloques constructivos químicos –las proteínas–, sino también de la resonancia mórfica. La herencia tiene así dos aspectos: uno, una herencia genética que da cuenta de la herencia de las proteínas mediante el control de la síntesis proteica por parte del ADN; el segundo, una forma de herencia basada en los campos mórficos y la resonancia mórfica, que es no-genética y que se hereda directamente de los miembros pasados de la especie. Este último mecanismo de herencia está relacionado con la organización de forma y comportamiento.

LA ALEGORÍA DEL APARATO DE TELEVISIÓN

Las diferencias y conexiones entre estas dos formas de herencia se vuelven más fáciles de comprender si consideramos la analogía de la televisión. Piensa en las imágenes de la pantalla como la forma, objeto de nuestro interés. Si no supieras cómo surgió la forma [las imágenes], la explicación más obvia sería que dentro del aparato había personitas cuyas sombras estabas viendo proyectadas en la pantalla. Los niños piensan a menudo de esta manera. Si apartas la tapa del aparato, y miras dentro, encuentras que allí no hay personitas. Después podrías ser más sutil y especular con que las personitas son microscópicas y están de hecho dentro de los cables del aparato de TV. Pero si miras los cables a través de un microscopio, tampoco allí puedes encontrar ninguna personita.

Podrías volverte todavía más sutil y proponer que las personas diminutas de la pantalla surgen de hecho a través de una “compleja interacción entre partes del aparato que no se comprenden completamente todavía”. Podrías pensar que esta teoría sería probada si cortaras unos pocos transistores del aparato. La gente desaparecería. Si repusieras los transistores, volverían a aparecer. Esto podría proporcionar evidencia convincente de que las imágenes surgen de dentro del aparato, y enteramente sobre la base de una interacción interna.

Supón que alguien sugiriera que las imágenes de las personitas vienen del exterior del aparato, y que el aparato toma las imágenes como resultado de vibraciones invisibles a las que el aparato está sintonizado. Esto sonaría probablemente como una explicación muy oculta y mística. Podrías negar que nada llega al interior del aparato. Podrías incluso “probarlo”•pesando el aparato apagado y encendido; pesaría lo mismo. Por lo tanto, podrías concluir que nada está entrando al aparato.

Creo que ésta es la posición de la biología moderna, que intenta explicar todo en términos de lo que ocurre en el interior. Cuanto más explicaciones para la forma se buscan en el interior, tanto más elusivas prueban ser dichas explicaciones, y tanto más se adscriben a interacciones incluso más sutiles y complejas, lo cual siempre elude toda investigación. Tal y como estoy sugiriendo, las formas y patrones de comportamiento son de hecho sintonizadas dentro por conexiones invisibles que surgen fuera del organismo. El desarrollo de la forma es un resultado de tanto la organización interna del organismo y la interacción de los campos mórficos a los que está sintonizado.

Las mutaciones genéticas pueden afectar a este desarrollo. Piénsese de nuevo en el aparato de TV. Si mutamos un transistor o un condensador dentro del aparato, puedes obtener imágenes o sonidos distorsionados. Pero esto no prueba que las imágenes y el sonido estén programados por estos componentes. Ni tampoco prueba que estén programadas por los genes, si encontramos que hay alteraciones de forma y comportamiento como resultado de una mutación genética la forma y el comportamiento.

Existe otro tipo de mutación que es particularmente interesante. Imagina una mutación en el circuito de sintonización de tu aparato, tal que altera la frecuencia de resonancia del circuito de sintonización. El sintonizar tu TV depende de un fenómeno de resonancia: el sintonizador resuena a la misma frecuencia que la de la señal transmitida por las diferentes estaciones. Así los diales de sintonización se miden en hertzios, que es una medida de frecuencia. Imagina una mutación en el sistema de sintonización de manera tal que sintonizas un canal y en realidad aparece otro. Podrías rastrear la causa hasta llegar a un solo condensador o una sola resistencia que habría sufrido una mutación. Pero no sería válido concluir de ahí que los nuevos programas que estás viendo, las diferentes personas, las diferentes películas y anuncios, están programados dentro del componente que ha cambiado. Ni prueba tampoco que la forma y el comportamiento estén programados en el ADN cuando las mutaciones genéticas conducen a cambios en la forma y el comportamiento. El supuesto habitual es que si puedes ver que algo se altera como resultado de una mutación, entonces eso debe estar programado por, o controlado por, o determinado por, un gene. Espero que esta analogía de la TV deje claro que ésta no es la única conclusión. Podría ocurrir que estuviera afectando al sistema de sintonización.

UNA NUEVA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

Se está realizando un trabajo ingente en la investigación biológica contemporánea sobre dichas mutaciones “de sintonización” (formalmente llamadas “mutaciones homeóticas”). El animal más usado en tales investigaciones es la Drosophila, la mosca de la fruta. Se ha encontrado que todo un rango de mutaciones produce varias monstruosidades. Un tipo de éstas, llamado “antennapedia”, lleva a que las antenas se transformen en patas. Las desafortunadas moscas, que contienen sólo un gen alterado, producen patas que crecen hacia fuera de sus cabezas en lugar de antenas. Existe otra mutación que lleva al segundo o tercer par de patas de la Drosophila a transformarse en antenas. Normalmente las moscas tienen un par de alas y, en el segmento posterior a éstas hay unos pequeños órganos equilibradores llamados “cabestros”. Otra mutación conduce a que el segmento que normalmente porta los cabestros se transforme en un duplicado del primer segmento, de manera que estas moscas tienen cuatro alas en lugar de dos. Se les llama “mutantes bitorácicas”.

Todas estas mutaciones dependen de genes individuales. Propongo que estas mutaciones de los genes individuales alteran de algún modo la sintonización de una parte del tejido embrionario, de tal forma que sintonizan con un campo mórfico diferente del que normalmente sintonizarían, surgiendo así un conjunto diferente de estructuras; justo como sintonizar un canal diferente de TV.

A partir de estas analogías, uno puede ver cómo tanto la genética como la resonancia mórfica están involucrados en la herencia. Por supuesto, una nueva teoría de la herencia conduce a una nueva teoría de la evolución. Al día presente, la teoría evolucionista está basada en el supuesto de que virtualmente toda herencia es genética. La sociobiología y el neodarwinismo en todas sus variantes se basan en la selección genética, la frecuencia genética, etcétera. La teoría de la resonancia mórfica conduce a una visión mucho más amplia que permite una vez más tomar seriamente una de las grandes herejías de la biología, a saber, la idea de la herencia de características adquiridas. Los comportamientos que aprenden los organismos, o las formas que desarrollan, pueden ser heredados por otros, incluso si no descienden de los organismos originales, por resonancia mórfica.

UN NUEVO CONCEPTO DE MEMORIA

Cuando consideramos la memoria, esta hipótesis conduce a una aproximación muy diferente de la tradicional. El concepto clave de resonancia mórfica es que cosas similares influyen sobre cosas similares a través del espacio y el tiempo. El grado de influencia depende del grado de similitud. La mayoría de los organismos son más similares a ellos mismos en el pasado de lo que lo son a cualquier otro organismo. Yo soy más similar a mí mismo hace cinco minutos que lo que lo soy a ti; todos nosotros somos más como nosotros en el pasado que cualquier otro. Lo mismo es cierto para cualquier otro organismo. Esta auto-resonancia con los estados pasados de un mismo organismo en el ámbito de la forma ayuda a estabilizar los campos morfogenéticos, a estabilizar la forma del organismo, incluso aunque los constituyentes químicos de las células estén funcionando y cambiando. Los patrones habituales de comportamiento también son sintonizados por el proceso de auto-resonancia. Si comienzo montando en bicicleta, por ejemplo, el patrón de actividad de mi sistema nervioso y mis músculos, en respuesta a mantener el equilibrio sobre la bicicleta, me sintoniza inmediatamente por similitud a todas las ocasiones previas en las que he montado en bicicleta. Esta experiencia de montar en bicicleta se da por resonancia mórfica acumulativa con todas esas ocasiones pasadas. No es una memoria verbal o intelectual; es una memoria corporal de montar en bicicleta.

Esto también se aplicaría a mi memoria de hechos reales: lo que hice ayer en Los Ángeles o el año pasado en Inglaterra. Cuando pienso en estos sucesos particulares, estoy sintonizando con las ocasiones en las que estos sucesos ocurrieron. Existe una conexión causal directa a través del proceso de sintonización. Si esta hipótesis es correcta, no es necesario asumir que los recuerdos están almacenados en el cerebro.

EL MISTERIO DE LA MENTE

Todos nosotros hemos crecido con la idea de que los recuerdos están almacenados en el cerebro. Usamos la palabra “cerebro” de manera intercambiable con “mente” o “memoria”. Estoy sugiriendo que el cerebro es más como un sistema de sintonización que un dispositivo de almacenamiento de memoria. Uno de los argumentos principales para la localización de la memoria en el cerebro es el hecho de que ciertos tipos de daño cerebral pueden conducir a una pérdida de memoria. Si el cerebro es dañado en un accidente de coche y alguien pierde la memoria, entonces la suposición obvia es que el tejido de la memoria ha debido ser destruido. Pero esto no es necesariamente así.

Considérese de nuevo la analogía de la TV. Si dañara tu aparato de TV para que fueras incapaz de recibir ciertos canales, o si hiciera enmudecer al aparato de TV mediante la destrucción de la parte relacionada con la producción de sonido a fin de que todavía pudieras recibir imágenes pero no sonido, esto no probaría que el sonido o las imágenes estaban almacenadas dentro del aparato de TV. Meramente demostraría que yo había afectado el sistema de sintonización para que tú no pudieras ya recibir la señal correcta. La pérdida de memoria por daño cerebral no prueba ya que la memoria esté almacenada dentro del cerebro. De hecho, la mayor parte de la memoria perdida es temporal: la amnesia que sigue a una conmoción, por ejemplo, es a menudo temporal. Esta recuperación de memoria es muy difícil de explicar en términos de teorías convencionales: si los recuerdos han sido destruidos porque el tejido de memoria ha sido destruido, no deberían regresar de nuevo; y sin embargo a menudo lo hacen.

Los experimentos sobre estimulación eléctrica del cerebro por Wilder Penfield y otros sugieren otro argumento a favor de la localización de la memoria en el interior del cerebro. Penfield estimuló los lóbulos temporales de los cerebros de pacientes epilépticos y encontró que algunos de estos estímulos podían provocar respuestas vívidas que los pacientes interpretaban como recuerdos de cosas que habían hecho en el pasado. Penfield supuso que, de hecho, estaba estimulando recuerdos que estaban almacenados en el córtex. Volviendo de nuevo a la analogía de la TV, si estimulara el circuito de sintonización de tu aparato de TV y saltara a otro canal, esto no probaría que la información estaba almacenada dentro del circuito de sintonización. Es interesante que, en su último libro, The Mistery of the Mind [El Misterio de la Mente], el propio Penfield abandonaba la idea de que los experimentos probaban que la memoria estaba dentro del cerebro. Y llegaba a la conclusión de que la memoria no estaba almacenada en absoluto en el córtex.

Ha habido muchos intentos de localizar trazas de memoria en el interior del cerebro, el más conocido de los cuales fue realizado por Kart Lashley, el gran neurofisiólogo americano. Entrenó ratas para que aprendieran trucos, después cortó pedazos de sus cerebros para determinar si las ratas todavía podían hacer trucos. Para su asombro, encontró que podía retirar más del cincuenta por ciento del cerebro –cualquier 50%– y no había virtualmente ningún efecto en la retención de este aprendizaje. Cuando retiró todo el cerebro, las ratas no podían realizar ya los trucos, así que concluyó que el cerebro era necesario de algún modo a la ejecución de la tarea, lo cual no es precisamente una conclusión muy sorprendente. Lo que fue sorprendente fue cuánto del cerebro podía suprimir sin afectar a la memoria.

Otros investigadores han encontrado resultados similares incluso con invertebrados como el pulpo. Esto condujo a un experimentador a especular con que la memoria estaba tanto en cualquier sitio como en ninguno en particular. El mismo Lashley concluyó que los recuerdos están almacenados de una manera distribuida por todo el cerebro, ya que no pudo encontrar las trazas de memoria que requería la teoría clásica. Su estudiante, Karl Pribram, extendió esta idea con la teoría holográfica del almacenamiento de memoria: la memoria es como una imagen holográfica, almacenada como un patrón de interferencia por todo el cerebro.

Lo que Lashley y Pribram (al menos en alguno de sus escritos) no parecen haber considerado es la posibilidad de que los recuerdos pueden no estar almacenados en el cerebro en absoluto. La idea de que no están almacenados en el interior del cerebro es más consistente con los datos disponibles que con las teorías convencionales o la teoría holográfica.

Han surgido muchas dificultades al tratar de localizar el almacenamiento de memoria en el cerebro; en parte porque el cerebro es mucho más dinámico de lo que previamente se pensaba. Si el cerebro está para servir como almacén de memoria, entonces el sistema de almacenamiento tendría que permanecer estable; sin embargo ahora se sabe que las células nerviosas funcionan mucho más rápidamente de lo que se pensaba previamente. Todas las sustancias químicas en las sinápsis y las estructuras nerviosas y moleculares están funcionando y cambiando todo el tiempo. Con un cerebro muy dinámico, es difícil ver como se almacenan los recuerdos.

Hay también un problema lógico, que varios filósofos han señalado, con las teorías convencionales de almacenamiento de memoria. Todas las teorías convencionales asumen que los recuerdos están de alguna forma codificados y localizados en una memoria almacenada en el cerebro. Cuando son necesarias son recuperadas por un sistema de recuperación. A esto se le llama modelo de codificación, almacenaje y recuperación. No obstante, para que un sistema de recuperación recupere algo, debe saber lo que quiere recuperar; un sistema de recuperación de memoria debe saber lo que la memoria está buscando. Así debe ser posible reconocer el recuerdo que está intentando recuperar. A fin de reconocerlo, el propio sistema de recuperación debe tener algún tipo de memoria. Por lo tanto, el sistema de recuperación debe tener un sistema de sub-recuperación para recuperar sus recuerdos de su almacén. Esto conduce a una regresión infinita. Varios filósofos argumentan que éste es un fallo lógico fatal en cualquier teoría convencional sobre el almacenamiento de memoria. Sin embargo, en general, los teóricos de la memoria no están demasiado interesados en lo que dicen los filósofos, así que no se molestan en replicar a este argumento. Sin embargo, a mí me parece en verdad bastante poderoso.

Al considerar la teoría de la resonancia mórfica de la memoria, podríamos preguntar: si sintonizamos con nuestras propios recuerdos, entonces ¿por qué no sintonizamos también con los de otras personas? Creo que lo hacemos, y toda la base del enfoque que estoy sugiriendo es que hay una memoria colectiva con la que todos nosotros estamos sintonizados, la cual conforma un trasfondo contra el cual se desarrolla nuestra experiencia y contra el cual se desarrollan nuestros recuerdos individuales. Este concepto es muy similar a la noción de memoria colectiva.

Jung pensaba en la memoria inconsciente como una memoria colectiva: la memoria colectiva de la humanidad. Pensaba que la gente estaría más sintonizada con miembros de su propia familia y raza y grupo social y cultural, pero que no obstante habría una resonancia de fondo de toda la humanidad: una experiencia común o promediada de cosas básicas que toda la gente experimenta (e.g. la conducta materna y varios patrones sociales y estructuras de experiencia y pensamiento). No sería tanto una memoria de personas particulares del pasado como un promedio de las formas básicas de las estructuras de memoria; estos son los arquetipos. La noción de Jung de inconsciente colectivo tiene extremadamente buen sentido en el contexto del enfoque general que estoy avanzando. La teoría de la resonancia mórfica conduce a una reafirmación radical del concepto junguiano de inconsciente colectivo.

Esto necesita ser reafirmado porque el contexto mecanicista corriente de la biología, la medicina y la psicología convencional niega que pueda haber una cosa tal como el inconsciente colectivo El concepto de una memoria colectiva de una raza o una especie ha sido excluido incluso como posibilidad teórica. De acuerdo a la teoría convencional, no puedes tener ninguna herencia de características adquiridas; sólo puedes tener una herencia de mutaciones genéticas. Según las premisas de la biología convencional, no habría modo de que las experiencias y mitos de, por ejemplo, las tribus africanas, tuvieran alguna influencia en los sueños de alguien de descendencia no africana en Suiza; lo cual era el tipo de cosa que Jung pensaba que de hecho ocurría. Desde el punto de vista convencional, esto es bastante imposible, y es la razón por la que la mayoría de biólogos y otros expertos dentro de la corriente dominante de la ciencia no toman en serio la idea de inconsciente colectivo. Se la considera una idea rara y alternativa que puede tener algún valor poético como una especie de metáfora, pero que no tiene ninguna relevancia para la ciencia propiamente dicha, ya que es un concepto completamente insostenible desde el punto de vista de la biología normal.

La aproximación que estoy proponiendo es muy similar a la idea junguiana de inconsciente colectivo. La diferencia principal es que la idea de Jung se aplicaba principalmente a la experiencia humana y a la memoria colectiva humana. Lo que estoy sugiriendo es que un principio muy similar opera en todo el universo, no sólo en los seres humanos. Si el tipo de cambio radical de paradigma del que estoy hablando sigue adelante dentro de la biología –si la hipótesis de resonancia mórfica es siquiera aproximadamente correcta– entonces la idea de Jung de inconsciente colectivo se convertiría en una idea dominante: los campos morfogenéticos y el concepto de inconsciente colectivo cambiarían completamente el contexto de la moderna psicología.

Publicado originalmente en: Mente, Memoria Y Arquetipo. Fundación Carl Gustav Jung.

miércoles, 8 de abril de 2009

EL TEATRO DE LA MAGIA POR RAY SHERWIN

Presentamos la traducción al castellano del libro completo "The Theatre of Magick" (El Teatro de la Magia), escrito por uno de los originadores de la moderna Magia del Caos. El autor es Ray Sherwin, iniciador a finales de los 70 de la revista "The New Equinox" con Peter Carroll, co-fundador con él en 1978 de la organización IOT (Illuminates of Thanateros), y autor también del "Book of Results", el segundo libro que se escribió sobre el tema de la Magia del Caos.

Para ilustrar el libro, que ya puede encontrarse en la zona de descargas de Decondicionamiento, hemos escogido algunos fragmentos especialmente significativos que reproducimos a continuación... aunque os animamos a leer la versión completa en PDF descargable haciendo click aquí:



El Teatro de la Magia

La magia no es una religión de la forma en la que entiende el término la mayor parte de la gente. La religión como se concibe habitualmente, es el enemigo moral de la magia. Una restringe, la otra libera. Una requiere que el intelecto se retuerza hasta acomodar sistemas de creencias absurdos, la otra adopta sistemas de creencias absurdos bajo voluntad y como medio para sus propósitos. Después los destruye. La religión pretende que haya un sólo estilo de vida para todo el mundo, en todo momento y lugar. La magia(k) requiere principios flexibles y personalizados en cuanto a creencias y conducta.

El hechicero sale del mundo 'real' y entra en situaciones estrafalarias previamente prescritas. Para él este es un teatro de operaciones; su efecto afila sus percepciones tanto sobre el mundo real como sobre sus distintas funciones en él.

La religión necesita tener pensamientos prístinos y definir determinadas acciones como malvadas. La magia(k) abraza e intenta entender todos los aspectos de la vida y el pensamiento, necesitando para llegar a hacer esto siempre la diferencia; lo caliente o lo frío, pero no lo tibio.

El hechicero no cree en nada en el sentido de tener fé, y sus experimentos pretenden averiguar si hay algún valor o verdad en los postulados que él mismo ha fabricado o que ha tomado prestados de algún otro lugar. Es cierto que maneja algunas creencias orgánicas, pero es por mera conveniencia. Por ejemplo, cree que la silla en la que está sentado o en la que se va a sentar es real... la mayor parte del tiempo. Esto no es sin embargo un proceso mental sino uno orgánico (o instintivo), sin el cual la vida sería imposible.

Intelectualmente hay muchos conceptos que utiliza en los que no cree, excepto dentro de parámetros cuidadosamente elegidos. Por ejemplo, el mago puede examinar facetas de sí mismo que no se encuentran fácilmente accesibles utilizando ángeles y demonios como vehículos a ser invocados, o bien usarlos como arquetipos de conocimiento, energía o poder personal. Para poder utilizar al cien por cien estos y otros mecanismos, debe ser capaz de suspender su incredulidad. Esto, es lo que hace en el Teatro de la Magia(k).

El término más apropiado aquí es "Teatro", ya que el mago está poniendo el pie fuera de lo que considera normalmente que es la realidad, creando un universo personal maleable a través de su voluntad, su intelecto, y su imaginación. Cuanto más estrafalario este Teatro, menos probable es que confunda sus actividades en este nivel con los aspectos más mundanos de su vida.

El Teatro tradicional del mago es un modelo tan bueno como cualquier otro para empezar. Es inverosímil, es absurdo, y está perfectamente equipado. El mago tiene una habitación especial con una decoración específica e instrumentos estilizados. En el no-mago esta habitación inspira miedo, sobrecogimiento, o hilaridad. En el mago inspira un estado de ánimo, e inspira cambio.

El aspirante a mago sin ideas propias bien puede tomarlas prestadas de historias para niños o de grandes textos sobre magia(k) hasta que haya descubierto qué estado de ánimo es el más adecuado para él. Así, empieza a desarrollar su propio método; siguiendo nuestra analogía, actuará como director, diseñador de decorados, guionista, estrella, y audiencia. Cuanto más inusual el guión y el decorado, mayor el efecto global sobre él. Tampoco tiene por qué restringirse a su "templo". Estas "dramatizaciones" pueden actuarse fuera, en el mundo real, con pequeñas modificaciones en las creencias.

Por ejemplo: el mago se supone la única persona real en el mundo, siendo el resto 'extras' robóticos traídos específicamente para su beneficio en cualquier situación en la que se encuentre. Esta práctica debería llevarse a cabo hasta que cesen de ocurrirle nuevas interpretaciones. Una suposición diametralmente opuesta a esta, es la de que todas las personas en el mundo son adeptos excepto él, y que el mundo le está esperando para poder tomar el siguiente paso en su evolución. Esta práctica también debería llevarse a cabo hasta que no puedan encontrarse nuevas interpretaciones. Durante estos procesos también podría elegir ponerse en situaciones imposibles de las que le resulte difícil liberarse por sí mismo. [2]. Estas actividades, llevadas a cabo cuidadosamente, proporcionan una nueva forma de pensar, una nueva perspectiva desde la que es más fácil ver las cosas como son, y esto es lo que debe hacer el mago antes de planear acciones a largo plazo. Pero ha de tener cuidado. Si no lo hace, su único resultado será la locura.

Trabajar con un grupo de colegas de ideas parecidas aumenta la disponibilidad de ideas y actividades, y el juego entre las distintas personalidades aporta un gran valor. Ha de tenerse cuidado al elegir a tales personas, respecto a su compatibilidad y el que se pueda confiar en ellas. A pesar de las apariencias externas, este no es un juego ordinario. Cada miembro de un grupo mágico no es sólo responsable de sí mismo. Es responsable también del resto. Pocos son capaces de este tipo de responsabilidad.

Las técnicas perfiladas en este libro son núcleos; son las bases de ejercicios más elaborados que pueden ser llevados a cabo por individuos o grupos. Esencialmente estas técnicas son pragmáticas, pero ocasionalmente tambié pueden ser extravagantes. Es cuestión del mago entender su propósito y remodelarlas según sus propios gustos y necesidades.



[2]. No hay nada como una guerra para unir a una nación. Unidos por el odio, por un ideal común, por miedo al peligro y a lo desconocido, la nación se convierte en una unidad poderosa y coordinada. Los mayores avances en la ciencia y la tecnología suceden en tiempos de crisis en los que tiempo y dinero son escasos. Para el individuo, los mismos efectos se producen a partir de las crisis artificiales inducidas por uno mismo sobre uno mismo, o por otros con el permiso de uno. Estas crisis o gnosis podrán tener efectos duraderos, dependiendo del método utilizado. No es necesario que sean peligrosas sino meramente extraordinarias, llevando la mente a terrenos que no hayan sido explorados previamente.





La Gnosis Liminar


Hay una mercancía infinitamente más maleable que ninguna otra cosa en el universo. Controlada o no, puede tener efectos devastadores en la percepción, en las funciones analíticas y en el cuerpo. Su control es la base de la magia(k), y su entendimiento es el eje de la integración y estabilidad individuales.

Los pioneros de la psicología lo llamaron erróneamente la mente inconsciente; erróneamente, porque es evidente que es la única función de la mente que está operando todo el tiempo, incluso durante la catalepsia o los estados hipnóticos profundos. Según la psicología se hizo más sofisticada, se la renombró como 'la mente subconsciente'. Esta etiqueta también es equívoca (aunque no intencionadamente), ya que sugiere un orden jerárquico y, por tanto, un error en la localización del yo. También sugiere el dominio de una función mental sobre otra, y mientras que esto podría ser así, resulta que realmente es el subconsciente el que domina sobre el resto de sus funciones en el individuo que no lo controla. Este mecanismo se ve de forma exagerada cuando un sujeto actúa debido a una sugestión post-hipnótica.

Veamos un ejemplo: se le dice al sujeto que cinco minutos después de despertarse se quitará la ropa sin sentirse avergonzado. Es importante que el escenario para su desnudo esté dispuesto y que sus reflejos condicionados sean retirados; mediante la sugestión que le diga que en ese momento todos los espectadores son incapaces de verlo debido a alguna fuerza invisible "imaginaria" o un mecanismo similar que sirva de excusa para su autoconsciencia. Llevará a cabo la sugestión, incluso si es la persona más remilgada imaginable y hay una docena de miembros del sexo opuesto. Cuando se le pregunte por qué ha llevado a cabo una acción tan obviamente anormal, al no ser consciente de la sugestión post-hipnótica, producirá una racionalización. (Poca gente admite que actúa irracionalmente). Su justificación, en la cual creerá firmemente, podría ser una de las siguientes:

1. De pronto tuve mucho calor.

2. Mi piel me estaba haciendo daño.

3. Quería ver la reacción.

4. Quería saber cómo me sentiría.

Todas estas explicaciones serían tan inadecuadas para el sujeto como para el observador; pero al manifestar la función subconsciente una situación tan intolerable, cualquier excusa es mejor que nada.

En su forma negativa, la función de la mente en la que puede implantarse la sugestión post-hipnótica es responsable de cosas como enfermedades psicosomáticas, neurosis y vicios no deseados. El sujeto de nuestro ejemplo experimentaría una gran sensación de liberación si se le explicara la verdadera razón que subyace a su extraña forma de actuar. Aunque quizá no entendiera el mecanismo involucrado, le resultaría un gran alivio darse cuenta de que ha llevado a cabo un deseo implantado, con lo que desaparecería la inquietante necesidad de justificar su acción incongruente.

Todo el mundo muestra síntomas análogos a este. Que habitualmente la simple explicación del deseo implantado sea inapropiada y que se hayan de investigar cuestiones más complejas, es la base de esta sección del libro.


Más arriba se afirmó que los términos "inconsciente" y "subconsciente" aplicados a categorías particulares de la mente son erróneos y equívocos. Igualmente inapropiados son el resto de términos que pretenden ilustrar y compartimentalizar las funciones de la mente.

Incluso el significado 'Kia' no debería interpretarse como pretensión de separación, pues el Kia podría ser justamente observado como algo que permea el organismo al completo, siendo el cuerpo y sus actividades una de sus expresiones fenoménicas.

La labor del mago es integrar las funciones mentales (que incluso las funciones conscientes pueden ser oscuras), y acceder a las funciones subconscientes. Estas últimas, cuando se les permite permanecer inactivas, hacen que el organismo funciona de manera reactiva en lugar de racional. El adepto es la persona que ha conseguido esto y que es racionalmente responsable de sus acciones.

Un método de integración implica acceder e interpretar la actividad "astral" o los sueños, siendo ambas actividades consideradas idénticas en este contexto.

Todo el mundo recuerda algunos sueños. Sin embargo, la mayoría parecen ser reabsorbidos por la función subconsciente de la mente y acaban por ser olvidados a no ser que sean 'rotos' en algún momento del día siguiente por alguna ocurrencia o palabra que estimule una imagen en la memoria, de la que pueda ser reconstruído al menos parte del sueño. Que la mayor parte de los sueños sean inaccesibles a las funciones conscientes es una indicación de que hay un mecanismo censor funcionando, y que es este mecanismo el que busca controlar el mago.

Acceder y utilizar el material onírico es un trabajo concienzudo. El método más efectivo es apuntar los sueños justo después de levantarse, o dibujar las imágenes que perduren después. Deberían dedicarse algunos minutos a esto después de cada periodo de sueño, para que se le permita a la mente un periodo de ensoñación o autismo en el que las imágenes oníricas puedan proyectarse. Tras algunas semanas de práctica, el mago no sólo se encontrará con una gran cantidad de material a su disposición, sino que también su capacidad para recordar los sueños mejorará casi exponencialmente.

En lo que se refiere a la interpretación, se recomiendan dos formas de actuar. Cada sueño debería ser examinado en el momento de ser apuntado, ya que los sucesos recientes podrían a) ser el contexto del sueño o b) presentar un problema que el sueño intenta resolver o c) presentar un problema moral o ético que el sueño busca solucionar.

Después de algunas semanas, el registro de sueños al completo debería ser estudiado para buscar temas recurrentes. Las interpretaciones más tempranas podrían dar la clave para entender los temas de la actividad onírica. Durante este proceso quizá se quiera estudiar la psicología de los sueños, pero se debería ser bien consciente de que uno mismo es la única autoridad a la hora de interpretarlos.

Al estudiar sus sueños de esta forma, el mago se beneficia de otras maneras además de la integración de su "yo". También adquiere un "alfabeto" de símbolos comprensibles (en lugar de arbitrarios o impuestos), que pueden ser utilizados en rituales o en sigilos con buenos efectos. Al grabar y analizar sus sueños, también descubrirá formas específicas en las que sus funciones conscientes e inconscientes conectan, así como un conocimiento de las formas en las que se le restringe información; todo ello será muy beneficioso para el trabajo ritual formal. Desde que los sueños empezaron a ser explorados, se han dado muchas razones para la su función. De estas, las siguientes son la mejor manera de ingresar en el extraño plano de la actividad astral conscientemente incontrolada; y la mayor parte de los sueños pueden ser examinados en el contexto de una u otra de estas explicaciones:

1. Satisfacción de deseos.

2. Expresión de culpa.

3. Estímulo

4. Inspiración

5. Solución de problemas, morales o reales

6. Expresión de potencialidades

7. Revelación de fuerzas primitivas (atavismos)

8. Compensación por consideraciones o acciones deseadas, pero prohibidas por las funciones conscientes.

9. Perseverancia; resolución de problemas mediante repetición, habitualmente temática.

10. Ideación: proyección de posibles acciones, sueños que ocupan el lugar de la experiencia real.

11. Reminiscente/premonitorio. Lo que ha sucedido, lo que podría suceder.

Cuando la observación y el análisis se han llevado a cabo de forma satisfactoria para el mago, cuando ha confrontado y eliminado aquellos complejos que el mecanismo censor intentaba ocultarle, puede entonces moverse a implantar ideas en la función "no consciente" de la mente. En otras palabras, se pone a trabajar con los aspectos positivos de la función del sueño. Antes de intentar la sigilización y otras técnicas avanzadas, debería experimentar con estos mecanismos. Una forma de experimentación podría llevarse a cabo a través de la Gnosis Liminar.


Entrando en la Gnosis Liminar a través de imaginería erótica

La Gnosis Liminar es un desarrollo del estado de consciencia que se encuentra entre el sueño y la vigilia. En esta gnosis, la función subconsciente tiende a arrojar imágenes espontáneas que pueden ser observadas por la mente consciente en su modo analítico. Estas imágenes son referidas a menudo como de una naturaleza 'astral'. Al examinar estas imágenes, el mago empieza a compenetrarse con sus funciones subconscientes, con esa faceta de sí mismo que de no ser interrumpida sería capaz de que sucedieran milagros. Sin esta compenetración la magia no puede llevarse a cabo, y ésta no ocurre hasta que el mago ha aprendido a no interferir con la gnosis. Es esta no-interferencia la habilidad más difícil de aprender.

Al entrar en la Gnosis Liminar, la tendencia de la mente es permitir que se sucedan imágenes espontáneas, hasta que son advertidas por la función analítica. Cuando esto sucede, la mente consciente se rebela y sacude al yo de vuelta a su estado despierto. Se deduce que el autismo por sí mismo es insuficiente. El mago no pretende dirigir conscientemente sus fantasías, sino observar aquellas imágenes que suceden espontáneamente y, a través de la no-intervención, analizarlas. Como con muchas técnicas mágicas, el método para mejorar es la repetición.

El mago ha de ser capaz de reconocer cuándo ha entrado en la Gnosis Liminar; y ya que tal estado es tan efímero e inconstente, su mejor forma de actuar será proveer un estímulo para la función subconsciente más que ejercitar su paciencia.

Para evitar la espera interminable que necesita la observación solitaria, el mago debería permitir que una ensoñación autista o un soñar despierto normales, se desarrollen en una experiencia liminar incontrolada y sin embargo analizable. Para poder hacer esto, debe implantar el mero gérmen de una noción en su función subconsciente en el momento exacto. Un método de aproximarse a esta difícil tarea implica el uso de imaginería erótica o sexual de esta manera:-

El hechicero se abstiene de la actividad sexual de cualquier tipo durante un tiempo, hasta que su frustración sea intolerable.

Exacerba esta frustración con literatura erótica, examinando concienzudamente libros y revistas de naturaleza exclusivamente sexual. Cuando la frustración se vuelve intolerable, al retirarse a su cama en un estado de agotamiento físico visualiza una imágen intensamente sexual, como si fuera una fotografía. También imagina que puede oler aquellos perfumes más adecuados a la imagen visualizada. Si es incapaz de imaginar sonidos, busca la forma de tener ese perfume en particular, preferiblemente un aceite esencial, en un difusor cercano a su cama. Los sentidos de la vista y el olfato son los únicos que usa en esta etapa, ya que son los únicos dos sentidos que no descansan aparentemente sobre el movimiento a través del espacio o el tiempo. Si la excitación llegara a los genitales durante la concentración en la imágen, uno no se permitirá perturbar el proceso. Se utilizará positivamente para crear un fuerte sentido del anhelo físico a través del cuerpo entero, aun estando el cuerpo quieto y preparado para dormir. El sueño no sucede. Según el mago entra en la Gnosis Liminar es como si un interruptor se hubiera movido rapidamente en su mente, y la fotografía en su mente se hubiera animado convirtiéndose en un entorno en el que su frustración sexual es liberada. Si el mago se despertase de repente, repetiría el proceso entero o tomaría alguna imagen recibida durante la gnosis, continuando desde allí. Si el sueño le sobreviene, toma nota cuidadosamente de sus sueños y continúa practicando al técnica hasta obtener el éxito. Se considera un éxito la capacidad de crear tal entorno 'astral' bajo voluntad y por la capacidad de reconocer la naturaleza de la experiencia en el momento de la experiencia; que en un sentido es real y válida mientras que en otro sentido no lo es.

Este prodecimiento sirve para introducir al mago a la Gnosis Liminar.

Habiéndola conseguido y experimentado, podrá usarla para lo que desee.

Podría utilizar imágenes espontáneas en autopsias o auto-investigación (ver Auto-Iniciación), en cuyo caso debería guardar un registro detallado, que sería analizado en los periodos de mayor lucidez. Tales imágenes podrían ser también utilizadas como método de adivinación, siguiendo el mismo proceso.

También podría darse entidad a los sígiles liminalmente. En este caso un pictograma (o preferiblemente una imágen fotográfica) se utilizaría como llave. Una vez que se ha entrado en la Gnosis Liminar y el deseo ha empezado a satisfacerse en esa realidad, el mago permite que el sueño intervenga, esta vez en el Templo, no en su cama. Esta es una técnica de sigilización inusualmente buena, puesto que la barrera principal para una sigilización satisfactoria es la interferencia de la función consciente y su constante diálogo. En el sueño esto no puede suceder, y el deseo se vuelve real en aquel plano en que se pretenda.

La facultad que muchos adeptos han llamado 'memoria mágica' puede ser estimulada mucho más facilmente en la Gnosis Liminar que en ningún otro estado. El mago localiza el incidente más temprano que puede recordar positivamente y lo utiliza como llave. Las imágenes que fluyen de aquí pueden asistirle para localizar incidentes previos que pueden ser a su vez utilizados como llaves para una regresión ad infinitum.

La Gnosis Liminar puede usarse también para explorar los caminos del Árbol de la Vida, los elementos, los Aethyrs Enoquianos, y las godform egipcias. Puede utilizarse para alcanzar un entendimiento de los poderes pseudo-mágicos de la levitación, la analgesia y el control sobre otros.

El mago que practica estas técnicas se dará cuenta facilmente de que el estado mental al que se entra a través de la Gnosis Liminar es el único estado mental en que la magia puede llevarse a cabo satisfactoriamente. Es referido como 'Liminar' tan sólo cuando se obtiene mediante el método que acaba de ser descrito.



{...y un largo etcétera...}
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Entonces, ¿quiere el rojo de siempre o prefiere... ¡¡el color fooly cooly!??!?

Hay un mundo en tus ojos que yo mismo creé