jueves, 30 de octubre de 2008

EL ORIGEN DEL MUNDO: COSMOGONÍA CHINA


El origen del mundo
Cosmogonías de las diferentes culturas

Cosmogonía China

China, una sociedad en debate interno
La religión china
El mito del enorme huevo cósmico
La diosa Niu-kua arregla el cielo
El Emperador Huang-ti
El Emperador Yu y el control de las aguas
El mito de Yi y los diez soles
Recursos y bibliografía



China, una sociedad en debate interno
Desde el punto de vista geográfico, China tiene una extensión que casi equivale a toda Europa, y dado su vasto territorio podemos entender su variedad climática, ya que en China encontramos casi todos los tipos de climas (templado, subtropical, tropical y ecuatorial). Esa gran extensión también nos ayuda a entender su gran variedad étnica; en China conviven hasta 56 etnias diferentes (manchúes, zhuang, tibetanos...), siendo la más numerosa la han que supone el 92% de la población.

China es un país en proceso de cambio y éste es el rasgo principal de su sociedad, de su economía y de su política. Aparece ante nuestros ojos como una anomalía, ya que tras la caída del comunismo, y frente al resto de países que mantienen este régimen político en Oriente (Vietnam o Corea del Norte), China está cada vez más integrada en la comunidad internacional. El éxito de las reformas económicas, que ha permitido evitar el malestar social y la crisis, nos ayuda a comprender las diferencias.

Pero en este país gigante, con 1.200 millones de habitantes, la sociedad está inmersa en un debate interno, entre el mantenimiento de la propia identidad y la necesaria modernización. La historia de China como nación puede remontarse hasta el siglo XVI a. C., momento en el que se fundó la dinastía Chang. Desde entonces y hasta la proclamación de la República Popular China por Mao Zedong el 1 de octubre de 1949, se sucedieron una serie interminable de reinos y dinastías que han marcado profundamente las tradiciones y las costumbres chinas, caracterizadas, hasta entonces, por su inmovilismo. Tras la revolución comunista y bajo el sistema de la República Popular de Mao, se iniciaron una serie de profundas reformas económicas, administrativas, sociales, etc... que han terminado con el viejo orden. Tras la era moísta, China entra en una fase caracterizada por la moderación, pero en la cual las reformas continúan. En menos de un siglo se han resquebrajado tradiciones milenarias. Así, los chinos viven un debate interno entre tradición y modernización, entre el inmovilismo y el cambio, entre Oriente y Occidente, entre el comunismo y el capitalismo...

En el presente Cuaderno Didáctico nos acercaremos a la tradición de esta sociedad milenaria con un interés antropológico y desde el punto de vista de sus creencias y en concreto, desde su concepción cosmogónica.




La religión china y los mitos
La religión China es politeísta y sincrética, y, a pesar de que dominan el Taoísmo y el Budismo, la sociedad de este ingente país nunca ha rechazado la incorporación de otras religiones indígenas o foráneas (el Cristianismo, por ejemplo). A pesar de que aparentemente cada religión defiende una doctrina diferente, algunas de ellas no pueden diferenciarse estrictamente. La sociedad y la religión chinas han sido capaces de cohesionar creencias que en principio pudieran ser opuestas, lo cual revela su carácter sincrético. En este Cuaderno Didáctico dedicamos un apartado a cada una de las principales religiones del mundo y por lo tanto, en este estudio dedicado a China, no vamos a profundizar más en las doctrinas de cada religión.

No disponemos de ningún mito de creación y ordenación del mundo en sentido estricto, pero sí podemos reconstruir algún mito referente a dioses y seres creadores: P'an-Ku (también conocido como Pan-gu), Niu-kua... Además, contamos en la tradición china con relatos y leyendas de reyes, emperadores o héroes mitológicos en los que aparece alguna referencia al proceso de formación y organización del mundo tal y como lo conocemos; por ejemplo la historia de Yu «el Grande» o la leyenda de Huang-ti. La ilimitada imaginación de los hombres distorsionaba los acontecimientos y así surgieron estos mitos que con el tiempo se transformaron en leyendas.




El mito del enorme huevo cósmico
Hemos hallado distintas versiones del mismo mito, pero todas ellas coinciden básicamente en la presentación de una misma idea: encontramos un mito, que como muchos otros, nos lleva a la forma de caos preexistente, a un Universo original sin definir (el huevo cósmico), donde reside un ser superior (P'an-Ku), de cuya acción y sacrificio procede nuestro Universo (ordenó el mundo y al romperse el huevo, P'an-Ku murió). La primera mención de esta legenda, la encontramos en el libro de Xu Zheng en el Periodo de los Tres Reinos (220-265 d. C.).

En la cultura china este mito está muy arraigado, incluso hay una frase hecha a partir del mismo: «Desde que P'an-Ku creó el cielo y la tierra», para significar desde hace mucho tiempo.

En una de las variantes del mito encontradas, se nos relata que al principio, los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El Universo era como un enorme huevo negro, que llevaba ren su interior a P'an-Ku. Tras 18.000 años P'an-Ku se despertó de un largo sueño. Se sintió sofocado, por lo cual empuñó un hacha enorme y la empleó para abrir el huevo. La luz, la parte clara, ascendió y formó los cielos, la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra. P'an-Ku se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra. La tierra y el cielo empezaron a crecer a razón de diez pies al día, y P'an-Ku creció con ellos. Después de otros 18.000 años el cielo era más grande y la tierra más gruesa; P'an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos. El relato sigue contando cómo Pan-Ku falleció y distintas partes de su organismo, se transformaron en elementos de nuestro mundo. Su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz se convirtió en el trueno. De su cuerpo, un ojo se transformó en el sol y el otro en la luna. Su cuerpo y sus miembros, se convirtieron en cinco grandes montañas y de su sangre se formó el agua. Sus venas se convirtieron en caminos de larga extensión y sus músculos en fértiles campos. Las interminables estrellas del cielo aparecieron de su pelo y su barba, y las flores y árboles se formaron a partir de su piel y del fino vello de su cuerpo. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra.

En otras versiones del mito de P'an-Ku, sus lágrimas fluyeron para convertirse en ríos y el resplandor de sus ojos se transformó en el trueno y el relámpago. Según esta interpretación, cuando P'an-Ku estaba contento brillaba el sol, pero cuando estaba enfadado negras nubes cubrían el cielo.

También la aparición del ser humano, se explica en este mito de P'an-Ku, ya que según algunos relatos, las pulgas y los piojos que P'an-Ku tenía en su cuerpo, se convirtieron en los antecesores de la humanidad.

En otras interpretaciones P'an-Ku es descrito como el gigante chino que nació como un enanito dentro del primitivo huevo cósmico. La parte superior del huevo formó los cielos (Yang) y la parte inferior formó la Tierra. P'an Ku creció diez pies por día y empujó la cáscara del huevo un poco más y un poco más. Entonces, transcurridos 13.000 años (en vez de los 18.000 de las versiones anteriores) P'an-Ku estalló. Sus ojos se convirtieron en el sol y la luna (en esta parte sí coincide con otros relatos); su cabeza se transformó en las cuatro montañas sagradas (en otras versiones son cinco); su sangre dio lugar a los mares y los ríos; de su pelo se formaron los campos y los árboles; su aliento se transformó en el viento, su sudor en la lluvia y su voz en el trueno. Las pulgas que vivían en su cuerpo eran los antecesores de los seres humanos.

Encontramos una variante de este mito que nos relata que P'an-Ku se formó a partir de los cinco elementos, y que él creó la tierra y el cielo con el cincel y el martillo. La tradición taoísta suele representar a P'an-Ku como un ser primitivo velludo que lleva un gran martillo con el cual rompe la roca primigenia.

Algunos estudiosos consideran que su origen está en el sur de China o en el sureste asiático y hay zonas del sur de China donde el culto a P'an-Ku todavía pervive, levantándose multitud de templos y pabellones en su honor. Entre esos pueblos, donde la leyenda de P'an-Ku está muy extendida, P'an-Ku es representado como un ser con cuerpo de hombre y cabeza de perro y se le conoce con el nombre de rey Pan. En una de esas leyendas, se cuenta que P'an-Ku se casó con una princesa como recompensa por traer la cabeza de l rey Fang al rey Gao Xin, quien había prometido la mano de su hija a quien le trajese la cabeza de su enemigo, y fue P'an-Ku quien realizó tal empresa. Pero la princesa no quería ser vista con aquel ser, con cuerpo de hombre y cabeza de perro, y se mudaron a las lejanas montañas del sur de China. Allí pudieron vivir felices y tuvieron tres niños y una niña.

Como se señala anteriormente, los relatos coinciden en múltiples detalles, pero también contienen datos diferentes, sin embrago en todos ellos apreciamos que es P'an-Ku el creador del Universo y que nuestro mundo existe gracias a su sacrificio. El huevo cósmico donde se formó P'an-Ku es un claro ejemplo de la idea de caos primitivo (el «enorme huevo negro», mencionado en la primera versión expuesta de este mito). En el mito de creación de P'an-Ku también encontramos la idea de la formación de la tierra y el cielo a partir de la separación de la materia original y primitiva. Por otro lado, esta leyenda china recuerda al mito nórdico del gigante Ymir, ya que en ambos casos, la tierra, el cielo y otros elementos de la naturaleza (la lluvia, los árboles...) Surgen como restos corporales de esos seres primitivos.




La diosa Niu-kua arregla el cielo
En la mitología china Niu-kua (a veces Nv-Kua) es una de las divinidades femeninas más antiguas. Niu-kua es definida en el más antiguo diccionario chino por el filólogo Xu Shen como «la encargada de la reproducción de todos los seres vivos», por lo cual, muy posiblemente su origen está asociado con la fertilidad. Hay varios relatos que nos hablan de esta diosa y según cuenta una leyenda ella es quien creó al ser humano

Según relata una de estas legendas la tierra era muy bonita, en ella crecían las flores, los árboles y estaba llena de animales, pájaros, peces y muchas otras criaturas. Pero, a pesar de ello Niu-kua se sentía soledad. Ella descendió y cogió un pedazo de tierra, la mezcló con agua y la moldeó hasta formar una figura a su semejanza. A medida que la iba amasando, la figura cobraba vida, hasta que se convirtió en el primer ser humano. Niu-kua estaba tan complacida con su creación que continuó elaborando más figuras, tanto de hombres, como de mujeres. Ellos danzaron alrededor de Niu-kua llenos de gozo y agradecimiento y dejó de sentir soledad. Sin embargo, no es este el aspecto que más nos interesa de la diosa Niu-kua.

En algunas interpretaciones de la leyenda, Niu-kua aparece al mismo tiempo como la hermana y la esposa de Fu-hi, el legendario gobernante que enseñó al ser humano a domesticar a los animales y el que le mostró el matrimonio. Niu-kua y Fu-hi fueron pintados como con colas de serpiente entrelazadas y con un niño entre ellos, en un mural de la Dinastía Han del Este (25-220 d. C.) en el templo de Wu-liang en el pueblo de Jiaxiang (provincia de Shadong).

Otro relato, más relacionado con el tema de este Cuaderno Didáctico, nos cuenta cómo Niu-kua arregló el cielo. Según esta leyenda, dos deidades estaban en guerra: Gong-Gong, dios del agua, y Zhu-Rong, el dios del fuego. Estos dioses, ferozmente enfrentados, lucharon por todas partes del cielo y de la tierra, causando en todo lugar desorden y destrozos. El dios del fuego ganó, y, encolerizado, el dios del agua, golpeó la cabeza de Zhu-Rong contra la montaña Buzhou (una cumbre mítica). La montaña se derrumbó y así el gran pilar que sostenía al cielo y lo sujetaba, cayó. Como consecuencia de aquello, la mitad del cielo se desplomó, dejando un enorme agujero negro. De repente, llegó un gran caos, la tierra se agrietó, los bosques ardieron en llamas, las serpientes y otros criaturas feroces atacaban a los humanos. Muchas personas ardieron, otros se ahogaron, y muchos más fueron devorados por las bestias. Fue un desastre sin precedentes. La diosa Niu-Kua, afectada por lo que le estaba sucediendo a la humanidad y por su sufrimiento y dolor, decidió arreglar el desastre y enmendar el cielo, terminando así con aquella catástrofe. Para ello, mezcló varios tipos de piedras de colores y con la mezcla resultante reparó el cielo. Entonces, mató a una tortuga gigante y utilizó sus cuatro enormes patas para sostener el trozo de cielo caído. Además, cogió un dragón y lo mató, con la finalidad de espantar al resto de las malas bestias. Finalmente, recogió y quemó una gran cantidad de juncos; con sus cenizas paró la inundación desbordada para que la gente pudiera vivir de nuevo feliz.

En otras versiones, se hace referencia a Niu-kua como hermana de Fu-hi y se les describe como seres superiores con forma de dragón, generalmente unidos por sus colas. Según explica una de esas legendas, se produjo un diluvio y éste provocó un gran desastre (es necesario señalar que la idea del diluvio también está presente en otras culturas, recordemos el «Poema de Gilgamesh» o el «Antiguo Testamento»). Niu-kua reparó el cielo con piedras de cinco colores y cortó las patas de una gran tortuga para levantar cuatro columnas en los cuatro polos. Después mató al dragón negro (Kong-kong) para salvar al mundo y acumuló gran cantidad de cenizas para detener las aguas.

El único elemento dejado de aquel desastre, según cuenta la legenda, fue que el cielo quedó inclinado hacia el noroeste y la tierra hacia el sureste, y esto explica que, desde entonces, el sol, la luna y todas las estrellas vayan hacia el oeste y los ríos fluyan hacia el sureste. En este caso, el mito de la diosa Niu-kua, se utiliza para explicar un fenómeno natural, igual que el mito egipcio del dios escarabajo Khepri explica el surgimiento del sol cada mañana, su avance por el cielo durante el día y su puesta al anochecer. Recordemos que el hombre en la antigüedad no podía conocer bien algunos fenómenos de la naturaleza y recurría a los mitos para poder explicarlos.




El Emperador Huang-ti
Los chinos frecuentemente se describen a sí mismos como los descendientes de Huang-ti (también encontrado como Huang Di), el «Emperador Amarillo», un personaje mitad ficticio, mitad real, al cual se le atribuye la fundación de la nación china hacia el 4000 a. C., aproximadamente. Historias extravagantes han surgido en torno a su persona y una colección de legendas escrita en el Periodo de los Estados Combatientes (475-221 a. C.) nos da cuenta de ello. Huang-ti vivió en un maravilloso palacio en las Montañas Kunlun en el oeste, con un celeste guardián en la puerta que tenía la cara de un hombre, el cuerpo de un tigre y nueve colas. Las Montañas Kunlun estaban llenas de pájaros y animales raros y exóticas flores y plantas, y Huang-ti tenía una mascota, un pájaro que le ayudaba a cuidar su ropa y efectos personales.

A Huang-ti se le atribuye la invención del carreta, el bote y el carro que apuntaba al sur, un carro que tenía un mecanismo guía que hacía que siempre indicase al sur sin importar hacia donde fuese el carro. En otras fuentes también se le atribuye la creación de la humanidad o invención de la escritura o el compás. A Huang-ti también se le atribuye el descubrimiento de las leyes de la astronomía y el diseño del primer calendario utilizado por los chinos. Aparentemente, el estímulo de las iniciativas de personas con talento fue una cosa muy apreciada en aquella época y las menciones sobre Huang-ti, nos indican que éste era uno de los aspectos importantes de este emperador. El «Emperador Amarillo» se ha convertido en el símbolo de la cultura china y representante de sus talentos. También la mujer de Huang-ti, Lei Zu, realizó su propia contribución a la humanidad, ya que enseñó a la gente la recogida del gusano de seda y la instalación de talleres para la fabricación de telas de seda. Una teoría reciente señala que Huang-ti pudo ser el líder real de una confederación tribal de la cultura neolítica de Yangshao.

Uno de los relatos más conocidos sobre Huang-ti, nos narra cómo este personaje encargó a Tch'ong-li romper la comunicación entre la tierra y el cielo, a fin de que cesaran los descensos de los dioses. Según esta leyenda, en una época primordial, anterior al mundo tal y como lo conocemos, el cielo y la tierra estaban muy próximos entre sí. Así, los dioses podían descender a la tierra y los seres humanos llegar al cielo, escalando una montaña, o bien subiendo a un árbol o utilizando una liana larguísima. Los dioses descendían a la tierra para oprimir a los hombres; los espíritus también podían bajar a la tierra, con lo cual las posesiones eran frecuentes. En esta leyenda, Huang-ti es en parte responsable en esa separación entre el cielo y la tierra, con lo cual se convierte en héroe, ya que libera al hombre de esas opresiones y desórdenes. Además, al ordenar a Tch'ong-li la separación del cielo y la tierra, participa en la organización del mundo tal y como lo conocemos en la actualidad.

Pero, esta idea de un mundo anterior, primitivo era descrito en otras variantes de este mito como un paraíso deseable, que a lo largo de los tiempos se ha querido restaurar. Ese paraíso desaparece como consecuencia de algún desastre, que se desconoce y que provocó que el cielo se separase brutalmente de la tierra. Pudiera ser que a causa de ese desastre, se cortasen las cuerdas, o los árboles fuesen destrozados, o bien desapareciese la montaña que permitía el contacto del cielo y la tierra. Sin embargo, algunas personas privilegiadas (chamanes, sabios, reyes...) pudieron mantener el contacto con el cielo, mediante técnicas de concentración, el éxtasis o por cualidades especiales.

En otras versiones, Huang-ti se formó a partir de la fusión de las energías que marcaron el inicio del mundo.

La idea fundamental es que este mito forma parte de la cosmogonía china, porque nos explica la separación entre el cielo y la tierra, siendo una fase más en el proceso de formación y ordenación de nuestro mundo.




El Emperador Yu y el control de las aguas
Dentro de la mitología china la labor de expulsar de la tierra a los elementos del mal (serpientes y otros seres mitológicos), también se considera parte de una cosmogonía. Así, podemos seguir la huella de la creación y ordenación del mundo a partir de algunas de las historias conocidas sobre el Emperador Yu «el Grande».

Según cuenta la leyenda, el mundo, en tiempos del Emperador Yu, todavía no tenía el aspecto actual. Según nos relata Mencio (discípulo de Confucio que vivió entre el 371 y el 289 a. C.), Yu «cavó la tierra e hizo fluir (las aguas) hacia los mares, expulsó las serpientes y los dragones y los confinó en las marismas». Yu es el encargado de expulsar a las fuerzas del mal y él es el héroe que organiza la sociedad, tal y como la conocemos.

Benito Jerónimo Feijoo en su obra Teatro Crítico Universal, Tomo VIII, Discurso XII dedica al Emperador Yu un breve apunte que es el que sigue:

El Emperador Yu, que sucedió a Chum, arribó al Trono, saliendo del mismo término, y siguiendo el mismo camino. Hallábanse en aquel tiempo muchos territorios bajos inundados de agua, por lo que aquella Región perdía mucho terreno. Yu halló el secreto de abrir diversos canales para derribar aquellas aguas al Mar, y después para fertilizar con ellas otras tierras. Sobre esto escribió varios Libros de instrucciones útiles de Agricultura. Estos méritos, juntos a otras buenas partidas, movieron a Chum, para elegirle por sucesor. Basta ya de honra de la Agricultura: vamos al provecho.

Volvemos aquí a encontrarnos con el conflicto presente en buena parte de los mitos. Hay una parte de la leyenda con base histórica y otra parte ficticia. Al Emperador Yu se le atribuye una labor que puede partir de algún hecho real, pero en ese acto están involucrados personajes y situaciones fantásticas. Así, según el relato chino, Yu estuvo trece años controlando las aguas y en su obra empleó al dragón alado, animal sagrado en la mitología china, para el dragado. Con el fin de abrir un camino en una montaña escabrosa, Yu se transformó en un oso y logró culminar el gran trabajo que un hombre común no hubiese podido realizar. Por su destacada labor, Yu obtuvo el respeto de los habitantes, que lo bautizaron como «Yu, el Grande» y lo veneraron como dios de la comunidad. Su historia rompió los límites de su tribu y fue conocido en otros lugares.

En otra fuentes, Yu aparece como una divinidad hermafrodita que hizo de la Tierra un lugar habitable para el ser humano. Según esta versión, esta deidad creó los caminos a través de las montañas, abriendo pasos con su fuerza tras adoptar la forma de oso. Yu, bajo la forma de serpiente, desvió las aguas del Río Amarillo hacia el abismo.

Podemos aseverar que en general, los mitos o leyendas de la antigüedad china reflejan en cierto grado la lucha del hombre en la naturaleza y, ocasionalmente, se les atribuye a los personajes una fuerza sobrenatural.




El mito de Yi y los diez soles
El mito de Yi es otro ejemplo de un ser humano que por sus hazañas y facultades, acaba convirtiéndose en un héroe admirado en la cultura china.

Según la tradición china, Yi era un hombre muy conocido en su tiempo por su destreza en el manejo del arco. En época de Yi aparecieron en el cielo diez soles cuyos rayos fueron letales para muchas plantas y a consecuencia de ello, se perdieron muchos campos. Además, temibles bestias pisoteaban ferozmente lo que encontraban a su paso. Estos monstruos causaban infinitos destrozos y daños al pueblo. Para solucionar aquel desastre, Yi cogió su arco y disparó nueve flechas con las que derribó nueve soles. Después se enfrentó a todos los monstruos y los derrotó. Por estas valientes obras, Yi fue respetado como un dios.

Otras versiones de este mito cuentan que existieron diez soles y cada uno de ellos se turnaban para aparecer en el cielo: uno en cada uno de los diez días de la semana. Al cabo de los años, los diez soles decidieron a parecer en el firmamento al mismo tiempo. Ello provocó un calor insoportable, tanto que la vida en la Tierra sería imposible. Di Jun, el padre de los diez soles, envió a un arquero con un arco y flechas mágicas para asustar a los soles y que volviesen a la normalidad. A pesar de la voluntad de Di Jun, Yi disparó nueve flechas, dejando en el cielo solamente a un sol, que es el que nosotros vemos actualmente. Al ver como sus hijos habían muerto, Di Jun se enfadó tanto con Yi que lo expulsó de los cielos y Yi desde entonces vivió en la tierra como un mortal más.




Recursos y bibliografía
Hemos encontrado más información en las siguientes páginas web:

Mythology

«Mythology» es una página en inglés, que nos ofrece información sobre la mitología de un gran número de pueblos y, además, desarrolla una correspondencia entre los dioses de los diversos pueblos. Por otro lado, dispone de tres niveles de información, adecuándose a las necesidades de cada usuario.



La República Popular China: Religión

En esta web, encontramos una breve referencia a cada una de las religiones practicadas en China.: Taoísmo, Budismo y Confucionismo. Además, presenta información sobre otras práctcas y creencias tradicionales de esta cultura oriental.



Encyclopedia Mythica

Esta es una página web muy completa y cuidada donde podemos encontrar gran variedad de información sobre mitología, folklore y legendas, referida a culturas de todo el mundo y de cualquier época. Desde la mitología del Antiguo Egipto has ta la Leyenda del rey Arturo, pasando por una interesante galería de imágenes y una importante sección de genealogías.

Incluso puedes realizar tus propias aportaciones a la ciencia con tus propios artículos y sugerencias.



Exploring Ancient World Cultures

Esta página es una fuente de información muy valiosa para el estudio de antiguas culturas, desde la Sumeria, hasta la desconocida hindú. Nos ofrece una completa visión sobre su historia, religión, cultura, etc... Además nos ofrece una gran variedad de textos e imágenes muy interesantes.



Proyecto de Filosofía en Español

En esta página se recoge la filosofía construida y pensada en español. Nos ofrece una información completísima, aportando textos de autores y pensadores de todas las épocas. Además, invita al visitante a colaborar realizando aportaciones propias.



Historia de la Literatura China

Esta página se centra en la historia de la literatura china, sim embargo nos puede resultar de utilidad, ya que presenta información sobre Confucio y algunos mitos chinos recogidos por autores chinos desde la Primera Dinastía, la Dinastía Xia (siglos XXI-XVI a. C.).



Central Oregon Community College

El Central Oregon Community College ha preparado esta interesante página sobre la evolución cultural y literaria en Asia. Esta página aporta una valiosa información sobre la historia y la mitología de la India, China y Japón, presentando imágenes de sus dioses, reyes y héroes.




Bibliografía
MIRCEA ELIADE

Historia de las creencias y de las ideas religiosas/ Mircea Eliade.-1978.- Madrid, Ediciones Cristiandad. (4 vol.)

miércoles, 29 de octubre de 2008

EVOCANDO A PIERRE KLOSSOWSKI


Evocando a Pierre Klossowski


En una de nuestras conversaciones sobre literatura con Patricia de Souza, le comentaba que como traductor, García Ponce introdujo en el ámbito latinoamericano a autores como Robert Musil, Pierre Klossowski, George Bataille, Heimito Von Dederer, Julian Gracq, George Trakl. Que, además, había traducido al castellano, entre muchos otros más, La larga marcha, de William Styron; Eros y civilización, El hombre unidimensional y Ensayo sobre la liberación, de Herbert Marcuse, y la trilogía La vocación suspendida, Roberta esta noche y El Baphomet, de Pierre Klossowski.

Recordé haber leido, cuando esto le manifestaba, que ella había tenido la fortuna de entrevistarlo, hecho que me confirmó. Podrán imaginarse, dada la admiración que siento por Klossowski, cuya obra obviamente conocí a través de García Ponce, que le pedí me contara sobre esta experiencia. Intentando resumir, me dijo que Klossowski vivía en una casa modesta y pequeña, que era una persona poseedora de una inmensa ternura, sereno y un tanto melancólico. Qué le habló de Rilke y le aconsejó leyera a Lautréamont, que le había regalado un libro que firmó con una mano y que había conocido a su esposa. Patricia, escribió un texto sobre este escritor y pintor, hermano del notable Balthus, que quiero compartir con ustedes:


Pierre Klossowski, el inasible
Patricia de Souza

Pierre Klossowski (1905-2001), nunca ha tenido un verdadero rostro. Ni filósofo, ni teólogo, ni escritor, ni pintor, “el autor clásico más importane de fines del siglo XX”, como me lo dijo una joven editora, poco antes de su muerte y antes de que le hiciera una visita en su modesto departamento de la rue Glaciere, en el barrio XIII de París. Klossowski estaba muy anciano y Denise, o Denise Maria Roberte, la inspiración de sus libros y de sus pinturas, estaba con él, mucho más joven, pero devota de esa vida creativa, justa, austera. La vida de Klossowski, su creación, es una autobiografía, o una autoficción a la manera cómo la entendió Marcel Duchamp (en cierta forma otro diletante); ella, se construye a través de una serie de objetos, libros, pinturas, películas, etc... Klossowski, Bataille, Blanchot, y más tarde, Deleuze, Foucault o Derrida, forman parte de esa generación que vive la crisis de después de la guerra, crisis simbólica, pero sobre todo, religiosa. Sus búsquedas estéticas, y más que nada en el caso de Klossowski, Bataille y Blanchot, se mantienen siempre al límite de lo indecible, del no poder decir, o hacer, nada más, y hacen de la transgresión una forma de conocer la realidad. Realidad y sueño confundidos como producto de la desesperación de no poder creer y desear hacerlo, en resumen, un ateísmo creyente.

En el caso de PK, su primer aporte es pensar que el erotismo es una forma de representación, recorrer el cuerpo de la mujer es recorrer su propio cuerpo, o una gnósis, en el sentido clásico de sí mismo. Así como Sade (el libro Sade, mi próximo, es revelador) crea un sistema de transgresiones y perversiones para oponerlo a un sistema político, el monárquico. Es decir, ahí donde la libertad no existe, el mundo de Sade es el único terreno del libre pensamiento y de la total libertad en el actuar. Y tal vez Klossowski no haya estado tan lejos de esa forma de sentir de Sade, pero las épocas eran otras. Por eso nunca tuvo un verdadero lugar, demasiado teólogo para ser un libre-pensador, demasiado plástico para ser un escritor, demasiado clásico para ser un autor realmente moderno. Klossowski escribe: "Retengan esto para la alegría de mis detractores: no soy ni un escritor, ni un pensador, ni un filósofo, ni nada que sea en ninguna forma de forma de expresión, nada de eso, antes de haber sido y ser un monómano”.

A los 16 años, Klossowski, quien había conocido a André Gide por intermedio del poeta Rainier Maria Rilke, decide convertirse en su pupilo eperando sacar una verdadera educación espiritual de su maestro. Esta relación es fundamental para el futuro de Klossowski, quien empezará por traducir del alemán, los Poemas de la locura de Holderlin (1930), y seguirá con traducciones de Nietszche, Kafka, Benjamin, Heidegger, o Wittegenstein. Su relación con los libros era un estado casi natural puesto que la proximidad de Rilke, durante el tiempo que duró la relación de su madre con el artista (1920-1926), fue determinante. Mucha gente rumoreaba que tal vez Klossowski era hijo del poeta y que esa era la razón por la cual, su hermano menor, conocido como Balthus, había cambiado de nombre.

La exposición en Beaubourg

En la sala donde se exponen los “Cuadros vivos” de Klossowski, hay varias cosas que llaman la atención, primero, la dimensión de sus personajes, y luego, la suspensión de cada uno de ellos. Roberta, la mujer que representó siempre a las míticas Diana, Lucrecia, Salomé, se mantiene inasible de cualquier manera. Aparece en una serie de representaciones eróticas, acosada por una especie de “genio maligno” masculino, víctima de su propio cuerpo, atrapada en un goce sufriente, análogo al de la Julieta de Sade, entre la bondad y la perversión. Todos estos cuadros tienen que ver con las novelas que son complementos de toda esta fantasmagoría erótica: Roberta esta noche, El edicto de Nantes, Las leyes de la hospitalidad, etc... Algunas fotos del cineasta Pierre Zucca son muy sugerentes, erotismo al límite de la perversión, es una etapa de la escena artística francesa que ha dejado sus huellas: Klossowski, Bataille (hay que leer Las lágrimas de eros) y Blanchot.

He puesto en la parte de abajo el texto de García Ponce, Ante la muerte de Pierre Klossowski, para completar el recuerdo de grandes escritores que ya no están, pero cuyas obras son su presencia inolvidable, su errancia sin fin...

TEOGONÍAS Y COSMOGONÍAS


Teogonías y Cosmonogonías
Escrito por Burdon


Hesíodo, Ascra Siglo VIII a.c. - Siglo VII a.c.

Cuando se inicia el estudio de las primeras expresiones del esfuerzo del pensamiento griego para darse una representación más o menos sistemática del universo y de las relaciones que envuelve, hay algo que debe tenerse en cuenta y es que nos encontramos ante los resultados de una elaboración colectiva y que ésta no se refleja en la literatura y, por consiguiente, no comienza a pertenecer a la Historia hasta que alcanza su término y está próxima a dar paso a otras formas de pensamiento. De esta manera, lo que positivamente alcanzamos no es la época durante la cual la representación del universo estaba todavía implícita en las prácticas rituales que aseguraban la comunión del grupo social con las misteriosas potencias de la Naturaleza, sino, al contrario, la época en la que ya lograron separarse de ellas y organizarse en un sistema de representaciones definidas, semiafectivas, semiintelectuales.

Como es sabido, tales representaciones se manifiestan en forma de mitos, es decir, de relatos que, al narrar la genealogía o determinados rasgos de la vida de personajes divinos, expresan, sirviéndose de imágenes tomadas de la generación y de la acción humana, las naturales relaciones de las cosas.

Por otra parte, resulta más que probable que los mitos sean consecuencia de la necesidad de hacer inteligible el misterio contenido en los ritos de un culto ya practicado.

Finalmente, la tendencia de los mitos a unificarse iba necesariamente unida a un esfuerzo por simplificarlos, por eliminar de ellos, en cuanto fuera posible, las incoherencias, por separarlos de los cultos a que estaban vinculados. De esta manera se explicaría la gradual estructuración de una mitología física ya con cierta universalidad y en posesión de un valor propio independiente de la religión.

Este último carácter aparece ya en los poemas homéricos: las historias de los dioses ya se encuentran allí constituidas en leyendas profanas y despojadas de la majestad propia de las cosas sagradas. Pero en un medio social con horizontes ya restringidos y con un vivir menos amable, se concibieron los mitos con muy diferente tono que en aquella sociedad jonia a la que se dirigía la poesía homérica. Es lo que se observa en la "Teogonía" llamada de Hesíodo. En ella, el autor se interesa en el mito por el mismo mito y como materia de conocimiento. Se esfuerza por sistematizar lo que hay de relativamente racional en las diversas tradiciones míticas y por arquitecturar una "suma" de conocimientos con propósitos didácticos. Por su inclinación a la simplicidad y a la universalidad, su obra ya es, en este aspecto científica. Además, esta teogonía también es cosmogonía: el interés con que trata las generaciones de los dioses está dominado por el deseo de exponer la actividad de las fuerzas de la Naturaleza.

Por lo demás, ya en "Los trabajos y los días" la directa observación de la Naturaleza ocupa lugar muy importante y la "Astronomía", que corrió con el nombre de Hesíodo, es igualmente, sin duda, antiquísima producción de la escuela de Beocia.

El poeta pide protección a las Musas, que saben de las cosas verdaderas, y aun sus mentiras se relacionan con la verdad; ellas hablan a la inteligencia y declaran lo que es, lo que fue y lo que será; cantan los "módulos" o leyes de "todas las cosas", remontándose hasta el principio. Como decía Aristóteles, "las fuerzas naturales son anteriores a las potencias que tienen por función regirlas" (Metaf. N 4, 1091b).

Todavía incapaz de elevarse a abstracciones sin personificar, distingue, no obstante, entre tales personificaciones y las fuerzas materiales, lo cual quiere decir que por primera vez aparece el sentimiento de una distribución por clases y de un orden bien regulado. Finalmente, la investigación de las filiaciones a partir de la estirpe primitiva, es el esfuerzo para descubrir una relación de subordinación entre las realidades, para desvelar el fondo común de las cosas que ha de servir como base a todo el posterior devenir, un principio interno de producción que va a conservar a las cosas, de manera hereditaria, sus propiedades y que se estructurará definitivamente en un sistema de relaciones permanentes. El pensamiento racional no hará otra cosa que continuar este esfuerzo de la teogonía y de la cosmogonía míticas: al transformarlas por un cambio de orientación, dará la ilusión de una creación completamente nueva y casi espontánea, cuando en fin de cuentas, no hace sino desarrollar un germen persistente.

Con mayor razón aún que para la "Teogonía" hesiódica, podremos limitarnos a un escueto resumen de las restantes cosmogonías. No difieren en cuanto a sus tendencias generales y esto es lo que, sobre todo, resulta interesante. Por otra parte, los testimonios que nos permiten conocerlas son muy incompletos o se encuentran demasiado distantes de la época en que se organizaron.

Tratar de interpretar estos mitos resulta empresa tan complicada como determinar su fecha. Productos complejos de la adaptación de la leyenda a las nociones elaboradas, de manera más o menos sistemática, por la ciencia y la Filosofía, nos proporcionan, no obstante, un índice de estado espiritual que abrió camino a éstas.

Por último, las imágenes que contienen los mitos, siguieron proporcionando a la Filosofía -como se ve por Platón y los estoicos- una opulenta materia de representaciones simbólicas para tratar los problemas que no podía explicar la ciencia.

Leon Robin

LA POSIBLE INFLUENCIA DE LOS MITOS DE ORIENTE


¿Proceden los mitos griegos de los orientales? Ya hace mucho tiempo se señalaron las semejanzas de las imágenes cosmogónicas de los griegos con las de la India (Rig Veda), con las de Babilonia (Poema de la creación) o con los de Egipto (Libro de los muertos). Pero como estos parecidos también se dan en mitos escandinavos o de la Polinesia, hay que convenir que no deben explicarse necesariamente por una influencia directa, sino más bien, por una idéntica reacción de la conciencia colectiva, actuante, por leyes todavía mal conocidas, frente a idénticas realidades naturales. Sería preciso poder establecer de manera positiva una filiación y nos hallamos muy lejos de estar en condiciones de hacerlo.

Mucho más importante es la pregunta: ¿la transformación espiritual y de métodos que produjo la ciencia griega se debió a la influencia de una ciencia oriental ya existente? Si se contestara afirmativamente quedaría destruido de inmediato todo lo que se dice sobre la evolución de la ciencia griega a partir de las cosmogonías míticas de la misma Grecia.

Las más precisas inclinaciones sobre la deuda de la Filosofía griega con Oriente y, especialmente, con los libros sagrados de los judíos, aparecieron, sin duda, con los neopitagóricos o con los neoplatónicos, con Filón el judío o con los escritos cristianos.

Es innegable que los griegos poseyeron un genio viajero y que, tanto por mar como por las rutas de caravanas, se mantuvieron relacionados entre la Jonia y Egipto, Fenicia y Babilonia, así como entre estas regiones y la India o China.

El único modo de juzgar lo que Oriente proporcionó a la naciente ciencia griega es determinar, de acuerdo con los monumentos que nos quedan, las características de la ciencia oriental.

En cualquier caso, que sepamos, nunca la ciencia oriental, a lo largo de tantos siglos de existencia y aun después de haberse puesto en contacto con la ciencia de los griegos, parece que sobrepasó las preocupaciones utilitaristas o las curiosidades de detalle para elevarse a la especulación pura y a la determinación de principios.

Lo que posiblemente recibieron de Oriente los primeros sabios griegos fueron los materiales acumulados por una antiquísima experiencia, es decir, problemas planteados a la reflexión desinteresada. Tal vez sin ellos no le hubiera sido posible a la ciencia griega constituirse y, en este sentido, no se puede hablar de milagro griego. Pero, por otra parte, en vez de proponerse aquellos sabios como inmediato objetivo la acción, trataron de hallar una explicación racional y en ella y en la especulación encontraron indirectamente el secreto de la acción. Éste fue el nuevo punto de vista del que nació nuestra ciencia.

Leon Robin

EL PITAGORISMO Y LA ESCUELA ITÁLICA


El primer acontecimiento que encuentra el historiador del pensamiento griego después de la escuela de Mileto, es la aparición de la escuela pitagórica. Por su fundador, esta nueva Filosofía es jónica pero adquiere consistencia y se desarrolla en aquella región de la Italia meridional que los romanos llamaron la Magna Grecia, en donde se establecieron, hacia comienzos del siglo VII a. J. C., colonos griegos, aqueos, mesenios, etc. Se trataba de un medio relativamente nuevo, menos sometido a las tradiciones y, en consecuencia, más modelable, inteligente y apasionado, en el que, al parecer, la cultura siguió el ascendente proceso de la prosperidad material; hacía mucho tiempo, por ejemplo, que había en Crotona -cuna del pitagorismo- una famosa escuela de Medicina.


¿Cuáles fueron las razones que determinaron el desplazamiento de la actividad filosófica desde Jonia a aquellas distantes regiones, dando así nacimiento a una escuela "itálica", según la feliz denominación de Aristóteles? ¿Qué participación tuvieron para ello los factores sociales y los individuales y contingentes? Son estas preguntas a las que resulta difícil dar respuesta. Además, no existe problema más lleno de dificultades que el de la historia del pitagorismo.

Quedan, es verdad, los escritos pitagóricos que constituirán fuentes inmediatas. Pero, desgraciadamente, son, en su mayoría, altamente sospechosos. Ciertamente, el problema es demasiado complejo para que intentemos resolverlo en este lugar.

En resumen, dado el estado actual de la cuestión pitagórica, es prudente, a mi juicio, limitarse a considerar en conjunto el antiguo pitagorismo desde fines del siglo VI hasta mediados del IV a. J. C., como una doctrina relativamente homogénea, sin intentar, salvo en casos excepcionales, determinar la contribución personal de cada filósofo.

Pitágoras, nacido en Samos, tenía aproximadamente cuarenta años cuando, por razones poco conocidas, abandonó su país natal y pasó a Italia. Su fama se extiende: llegan a él discípulos de toda la Magna Grecia, de Sicilia y hasta de Roma. Tales fueron los orígenes de la asociación pitagórica: cuyo propósito educativo y místico es la iniciación en un nuevo modelo de vida, asociación abierta a las mujeres y también a los extranjeros.

Parece que Pitágoras alcanzó una edad avanzada y que su muerte debe situarse hacia los finales del primer tercio del siglo V a. J. C. En cualquier caso, parece evidente el oscurecimiento de las individualidades detrás de la personalidad de la Escuela, lo que nos dispensa de citar algún que otro nombre.

Lo primero que habría que decir del pitagorismo es que fue mucho menos una escuela filosófica, aún en forma embrionaria, que una especie de francmasonería religiosa. Ahora bien, ya existía entonces y, probablemente, desde tres siglos antes, una asociación análoga, el orfismo. Sus orígenes son oscuros y aunque, seguramente, haya influido en el pitagorismo, es posible, que éste, a su vez, contribuyera poderosamente a darle la forma en que ha llegado a nuestro conocimiento. Muy temprano aparece unido a los misterios dionisíacos. Pero aparte de estas cuestiones de influencia, particularmente espinosas, el objetivo del orfismo era la revelación mística de un modelo de vida por medio de una iniciación secreta.

La regla de vida pitagórica, a diferencia del orfismo, permitía, además, junto a creencias y prácticas religiosas, especulaciones intelectuales que, por lo demás, representaban en ella verdaderas prácticas religiosas. Pitágoras pasa por ser el "inventor" de la palabra "filosofía" y, precisamente, el "esfuerzo hacia la sabiduría" era un factor de santificación moral.

La moral de la cofradía, parece que se recopiló en un catecismo, versificado para que fuera más fácilmente retenido en la memoria, con el título de discurso sagrado.

Las reglas del conocimiento y de la conducta se denominaban los "acúsmatas", los artículos de la fe; constituían la filosofía de los "acusmáticos", a los que se oponían, según se dice, los "matemáticos" u hombres de ciencia.

Pero tal oposición no parece que existiera primitivamente; no corresponde a la de los novicios, o exotéricos, y de los iniciados, o esotéricos. Proviene de un misma que se produjo, sin duda a fines del siglo V. Como asociación espiritual, tuvo el pitagorismo la ambición de convertirse en potencia temporal. No lo logró, y hay que creer que por este fracaso se produjo el desdoblamiento de las tendencias religiosa y especulativa, cuya unión era, en el origen, tan íntima. Unos se adscribieron con ciega pasión al elemento sacramental y misterioso de la revelación, a ritos y a fórmulas: los acusmáticos quisieron ser creyentes y devotos. Los otros, sin abandonar formalmente el credo de los primeros, juzgaron que su horizonte era demasiado reducido; quisieron ser -y también para la salvación de su Orden- hombres de ciencia. Pero esto no era posible, sino a condición de renunciar a la obligación del secreto místico y justificar racionalmente proposiciones doctrinales. Para los devotos, estos sabios eran, por tanto, herejes. Pero fueron ellos, los hombres de la segunda generación pitagórica, los que transformaron en escuela de Filosofía la original asociación religiosa. Sin embargo, fue esta última, limitada a sus ritos y a sus dogmas, la que sobrevivió hasta el renacimiento neopitagórico, mientras que los errores, así como los descubrimientos de la escuela filosófica, estaban destinados a perderse en el avance general de la reflexión y de la ciencia. ¿Qué es lo más sabio? El Número. ¿Qué es lo más hermoso? La Armonía. En estos dos artículos del catecismo de los acusmáticos están místicamente enunciando los dos conceptos dominantes de la doctrina pitagórica.

En los números, lo más simple de las cosas matemáticas -dice, en sustancia, Aristóteles-, creyeron percibir los pitagóricos, mucho mejor que en el agua, el fuego, etc., una gran cantidad de semejanzas con los seres y los fenómenos. Pensaron, pues, que los elementos de los números son los elementos de todas las cosas y que el mundo entero es armonía y número. Así, de la misma manera que para algunos físicos, los números son para ellos aquello de que provienen las cosas y a lo que retornan, sus causas inmanentes y su sustancia. A esta concepción yuxtapone Aristóteles, sin distinción, otra según la cual los números son los modelos que imitan las cosas, sin que, no obstante, al parecer, estos modelos están separados de sus copias. Esta representación más sutil de la relación de los números con las cosas parece que fue la preferida por los nuevos pitagóricos y no es dudoso que haya inspirado a Platón. Además no es imposible que coexistieran ambas en la doctrina primitiva.

Tendencia religiosa muy antigua que no debe sorprender encontrar en el pitagorismo primitivo, fue la de atribuir a determinados números un valor sagrado y una virtud misteriosa. Pero lo que, según la tradición, conduciría a Pitágoras a investigar en esta dirección el fundamento de una explicación sistemática de las cosas, sería la comprobación experimental de lo que hace que las cualidades y las relaciones de los acordes musicales estén constituidas por números. Si el número es lo que constituye el acorde musical, puede serlo, por analogía, de otras cosas y hasta de todas las cosas. En resumen, todas las cosas que nos es dable conocer poseen un número y nada puede concebirse ni ser conocido sin el número (Filolao). El número nos revela, por tanto, la esencia de las cosas y por esto es lo más sabio que existe.

Por lo que hace a la armonía, la cosa más hermosa, es la unificación de lo múltiple compuesto y la concordancia de lo discordante (es probable que lo hubiera dicho también Filolao). Cada cosa es una armonía de números y el número una armonía de opuestos, aunque, como hemos visto, los elementos de los números sean igualmente los de las cosas. La oposición fundamental es la de lo Ilimitado y el Límite. Después vienen, dependiendo respectivamente de estos primeros términos, lo Par y lo Impar, lo Múltiple y lo Uno. Una tabla sistemática de estos pares de opuestos, contenía, además, dispuestas por filas o series lineales, debajo de las tres primeras, otras siete oposiciones: Izquierda y Derecha; Hembra y Macho; En reposo y Movido; Curvo y Rectilíneo; Oscuridad y Luz; Malo y Bueno; Oblongo y Cuadrado. Así, pues, hay diez parejas de opuestos, ni menos ni más, pues 10 es el número perfecto. Por esto, sin duda, no se había insertado Falso y Verdadero, aunque Filolao haya colocado el error al lado de lo Ilimitado. Este extraño simbolismo contiene, por lo demás, muchas otras oscuridades.

¿Cómo se concebía el número? Parece que lo era en extensión: no se trata de sumas aritméticas, sino de figuras y magnitudes: 1, es el punto; 2, la linea; 3, el triángulo; 4, el tetraedro; los números son causas de las cosas por ser los límites o términos que les definen, de igual manera que los puntos determinan las figuras. Un signo simbólico, como una letra de alfabeto, no es, por tanto, una representación suficiente del número. Es necesario, ante todo, demostrar intuitivamente, por una construcción, como es una armonía de lo Ilimitado y del límite, bordeando éste con sus unidades-términos una extensión indeterminada. En resumen, no se concibe todavía el número en forma rigurosamente abstracta, pues, sin que por ello se le considere como un continuo, es una figuración espacial de puntos separados unos de otros.

El factor capital de esta construcción es lo que los pitagóricos denominan el gnomon, es decir, la escuadra, por cuyo medio los números, y por consiguiente las cosas, se definen materialmente, forman grupos homogéneos y se hacen casi cognoscibles.

Es importante observar que todas estas especulaciones aritméticas derivan de la inspiración religiosa; una profundización de esta inspiración mística fue la que separó definitivamente la Aritmética especulativa de los cálculos aplicados. Sin embargo, sobre todo con el antiguo pitagorismo, descubrir alguna propiedad de los números siempre era descubrir alguna cualidad simbólica o algún epíteto divino característico. Así, 3 es el primer número que tiene comienzo, medio y fin, el primer perfecto, aquel por el que se definen la Armonía y el Todo. Pero el número verdaderamente perfecto, porque -dice Filolao- es el que manifiesta mejor la virtud del Número, es la Década: pues es grande, perfecta y realiza todas las cosas; principio y guía de la vida, lo mismo divina y celeste que humana...; sin ella todo es indeterminado, misterioso, oscuro. En la década, por vez primera, se halla encerrado un número igual de impares y de pares, la unidad con el primer par, el primer impar con el primer cuadrado. Es el fundamento de todos los números.

El mismo carácter marca la contribución del pitagorismo a la constitución de una Geometría autónoma. Se dice que cuando Pitágoras descubrió la demostración abstracta de la relación, ya conocida de los egipcios, entre la hipotenusa del triángulo rectángulo y sus lados, agradeció a los dioses tal revelación sacrificándoles un macho cabrío.

La consideración sobre los acordes musicales que, posiblemente, fue el principio de la doctrina y, verosímilmente, también la meditación sobre el canon de la estatuaria, dieron ocasión a los pitagóricos para descubrir y estudiar las medias o proporciones: aritmética, geometría y armónica. Nos limitaremos, sin continuar este análisis, a hacer dos observaciones. Las relaciones numéricas por las que se expresan los hechos de la experiencia van a permitir, seguidamente, adelantarse a éstos, y, por ejemplo, hallar la longitud relativa de una de las cuerdas por el estudio de una proporción. Este empleo de la Matemática fue de importancia considerable para el progreso de la ciencia. Por otra parte, cuando Filolao llamaba al cubo la armonía geométrica, por tener doce aristas, ocho vértices y seis caras, demostraba, por medio de una audaz analogía, cómo la relación numérica, aislada de su materia, llega a ser capaz de extenderse a una pluralidad de cosas diversas.

La cosmología pitagórica es mal conocida sin duda, sobre todo, porque la atención de los testigos se detuvo preferentemente en las especulaciones matemáticas de la escuela y, tal vez también, porque difería de la de Anaximandro y, especialmente, de la de Anaxímenes. Siendo una armonía, el mundo es algo que ha comenzado y cuya generación debe ser análoga a la de la armonía del número, es decir, una determinación de un espacio vacío indeterminado.

Lo que, en todo caso, demostraría la antigüedad de esta doctrina en la tradición de la sociedad, es la identificación -en el catecismo de los acusmáticos- del oráculo délfico con la tetractis y con la armonía. Si al moverse con bastante rapidez un cuerpo produce un sonido, debe suceder lo mismo, por analogía, con los astros. Ahora bien, su velocidad variará según su distancia, como la frecuencia de las vibraciones con la longitud de las cuerdas de la lira. ¿Por qué no percibimos esta armonía? Precisamente porque nunca hemos dejado de oírla, ya que un sonido sólo se percibe con relación a los silencios.

Es imposible desvincular las concepciones biológicas y médicas de los pitagóricos de sus relaciones con la escuela de Medicina de Crotona y, sobre todo, con Alcmeón.

Si hasta entonces, y aun después, se había considerado que el corazón era el común sensorio y la sede del pensamiento, Alcmeón atribuye esta función al cerebro al cual transmiten conductos, o poros, las modificaciones que se producen en los órganos sensoriales. Todo trastorno en el cerebro -y parece que Alcmeón lo comprobó por la disección que debió ser el primero en practicar- altera efectivamente la sensibilidad. Cada clase de sensación, exceptuando, posiblemente, el tacto, fue estudiada por él en su órgano y en su funcionamiento. Sin embargo, el pensamiento, como ciencia, no es para Alcmeón sino el modo estable de la memoria y de la opinión, cuya base es la sensación. En cuanto al alma, es el principio mismo de la vida: los hombres mueren -decía- porque no pueden enlazar el comienzo con el fin; en cambio, el alma es inmortal porque, semejante a los astros, cuyo movimiento es eterno, por ser circular y regresar siempre sobre sí mismo, se mueve constantemente.

La vida normal es una armonía, un concierto de contrarios. Sin embargo, en esta tesis hay algo más: el alma es, precisamente, este acuerdo, esta armonía del cuerpo.

Finalmente, Aristóteles, que no cita a los pitagóricos cuando se refiere al alma-armonía, sólo les atribuye expresamente dos opiniones: según una, cuyas relaciones con el atomismo no deja de señalar, el alma es el polvo que revolotea en el aire y que un rayo de sol nos permite percibir, perpetuamente móvil aun en medio del tiempo más tranquilo; según la otra, sería el principio mismo del movimiento. Con esto, cuando menos, nos damos cuenta de lo difícil que es extraer de todo lo dicho los rasgos, aunque sean simplemente probables, de una teoría filosófica del alma.

En cambio, es posible decir algo más definido con respecto a la famosa creencia de los pitagóricos en la migración de las almas, metensomatosis, y no, como se dice comúnmente, metempsícosis. Decía Porfirio, que únicamente tres cosas eran bien conocidas de las enseñadas por Pitágoras: que el alma es inmortal; que pasa por animales de especies diferentes y que, según ciertos períodos, recomienzan los seres (como el mundo mismo) su vida anterior; finalmente, que todos los seres animados son congéneres.

Todo lo que hicieron los pitagóricos fue, pues, purificar el politeísmo popular y acomodarlo a su moral y hasta a su Matemática.

En Resumen, el pitagorismo fue, a la vez, una secta religiosa que proporcionó a sus fieles, con un credo, un modelo de vida para la purificación y la salvación, y una escuela filosófica a la que debe el pensamiento sus primeros triunfos en su esfuerzo por extraer las esencias abstractas de las cosas y por asignar a los fenómenos leyes simples e inteligibles. Fueron, sin duda alguna, fisiólogos, pero por la forma en que lo fueron, tomando el número por principio de las cosas y buscando la ley suprema en una armonía de oposiciones nocionales, superaron, con mucho, la Física de la Escuela de Mileto y establecieron los fundamentos de una Metafísica.

Leon Robin

HERÁCLITO Y LA FILOSOFÍA DEL DEVENIR



Aún hay más filosofía en el sentido estricto de la palabra, en Heráclito de Éfeso que en los pitagóricos. Con el nombre de polimatía, condena aquél efectivamente, en Pitágoras y hasta en Jenófanes, una particularización de las investigaciones que ahoga la visión directa de lo real. Genio altanero y arrebatado, no quería que sus conocimientos dependieran sino de la intuición puramente especulativa de la verdad; desdeñando los detalles, abarca como filósofo auténtico los diversos aspectos de aquella intuición primitiva. Fue un temperamento inspirado y solitario, temperamento de melancólico, como dice Teofrasto.


Su libro puede fecharse, aproximadamente, a fines de la primera mitad del siglo V a. J. C. Al parecer, se trataba de una colección de aforismos en prosa cuyo estilo cargado de imágenes y opulento de antítesis, frecuentemente ambiguo, valió a Heráclito el sobrenombre proverbial de el oscuro. Tal estilo sibilino que, según él mismo decía, no expresa ni oculta el pensamiento, sino que lo sugiere, conviene a un hombre que tiene conciencia enérgica y hasta excesiva de su propia personalidad superior. Además, es innegable que, con frecuencia, la concisión de las fórmulas y el brillo de las imágenes dan al pensamiento todo su relieve. Lo que, sin embargo, tiene algo de charlatanería en ese tono arrogante y en aquella condición sibilina, no podía dejar de aparecer en una caricatura como la que trazaron de su maestro los heraclitianos de fines de aquel siglo.

En cuanto a su pensamiento, lo que en él señala, en primer lugar, su orientación, es la altiva indiferencia con la que trata a la Física particular, limitándose a representaciones populares. Por lo demás, muchos aspectos parecen que fueron descuidados en beneficio de las generalidades.

El principio del que provienen todas las cosas y al que éstas regresan, es el fuego. ”Este mundo -dice Heráclito- que es el mismo para todos los seres, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que siempre ha sido, es y será un fuego constantemente vivo, que se enciende y se apaga de manera mesurada" (frag. 30).Hay un intercambio de todas las cosas con el fuego y de éste con aquellas, como lo hay de las mercaderías por el oro y del oro por mercaderías (frag. 90). No es posible negar la intención dinamista: una sustancia única reviste formas diversas con la sola condición de mantener una equivalencia en tales permutas que son su misma vida. Pero, por otra parte, para dar nacimiento a un mundo, esta potencia espontánea de cambio se manifiesta con el movimiento y, sin duda, da lugar a condensaciones o rarefacciones. En efecto, según Heráclito, hay un camino hacía lo alto y otro hacia lo bajo (frag. 60). Son las dos direcciones fundamentales del cambio. Los dos movimientos inversos se compensan por la diversidad o las vicisitudes de los cambios y así la cantidad de la materia de cambio, es decir, de fuego, permanece inmutable.

De este modo se extraen, poco a poco, las ideas fundamentales de la Filosofía de Heráclito. En primer lugar, la oposición y la identidad de los contrarios son la condición del devenir de las cosas: lo mismo en nosotros -decía- ser lo que es vivo que ser lo que es muerto, estar despierto o dormido, ser joven o viejo; pues, por el cambio, esto es aquello, y, por el cambio, aquello es, a su vez, esto (frag. 88; cf, 57). Esta perpetua oposición de los contrarios es, pues, el principio y la ley: El Conflicto es padre de todas las cosas, rey de todas las cosas (frag. 53), mientras que la concordia y la paz son su confusión en el abrazo general. Como los contrarios en lucha tienden constantemente a sustituirse mutuamente, las cosas se encuentran en un permanente estado de movilidad: todo se desliza y todo huye, nada permanece. Éste no es, sin embargo, sino un aspecto del conflicto universal; bajo otro distinto funda una solidaridad entre los términos que opone, pues el Conflicto es comunidad y la Discordia regulación (frag. 80). Así, la carrera de los contrarios se realiza según la necesidad fatal, que parece constituir, a la vez, lo que hay de determinado y estable en el cambio y lo que une las parejas de opuestos en formas definidas y relativamente permanentes. La discordia y la inestabilidad tienen, por tanto, como contrapartida el acuerdo y, con él, la necesidad de la ley: Lo discordante -dice Heráclito- concierta consigo mismo: acuerdo de tensiones inversas, como en el arco o en la lira (frag. 51)

Según Heráclito, "hay una única ley divina", de la que se nutren todas las leyes humanas, pero que parece distinta a la ley no escrita opuesta a las decisiones arbitrarias; pues es aquello en lo que el aspecto individual debe tomar sus fuerzas, al igual que en la ciudad nos apoyamos en la ley; es algo común a todo, que lo domina todo, en tanto que le place, que es suficiente a todo y todo lo supera (frag. 114); es decir, la ley universal de lo real, idéntica, al parecer, a aquel pensamiento común del que dice Heráclito que es preciso seguirlo (frag. 2) y que, sin embargo, se mantiene extraño a los hombres ignorantes de lo que constantemente está ante su mirada (frag. 72). Ahora bien, esta ley o pensamiento único es un logos inmanente, la sustancia misma de aquellos cambios que producen las cosas diversas, o, dicho de otra manera, el fuego, lo más incorporal que existe, lo más móvil, lo más transformable, lo más activo y lo más vivificante. En resumen, la reacción del genio filosófico de Heráclito frente al politeísmo vulgar, es un panteísmo, y ese panteísmo es un panteísmo físico.

De ahí procede lógicamente toda una teoría del saber. El logos es, a la vez, el pensamiento divino que circula eternamente en la Naturaleza, y el pensamiento humano también, pero sólo en tanto que participa en esa corriente única y eterna y pierde de este modo su individualidad. Sin embargo, no es un pensamiento personal el que orgullosamente enfrenta Heráclito a las opiniones de los doctos o de la multitud. Es la Verdad, única y eterna, del pensamiento divino, que es todo lo real, y del que se siente inspirado profeta. El individualismo del pensamiento, esa ilusión de que cada cual posee una inteligencia propia (frag. 2), es, por el contrario, la peculiar característica del conocimiento sensible. Heráclito subrayó ahincadamente su relatividad. Malos testimonios son nuestros sentidos si el alma es un bárbaro incapaz de penetrar el misterio del lenguaje (frag. 107). Además, mientras el pensamiento se supera a sí mismo (frag. 115), los sentidos dependen de los contrarios, pero sin que, al mismo tiempo, guarden consideración con la armonía.

Así pues, parece que Heráclito, por encima del conocimiento sensible colocaba una verdad absoluta y una especie de conocimiento científico. Por esto, no se explica bien cómo Aristóteles pudo decir que no hay para él ciencia, ni verdad, porque niega el principio de contradicción. Lo que más bien buscaba Heráclito era la armonía de los contrarios y no la identidad -desconocida para él- de los contrarios; muy lejos de aceptar que se esparciera el conocimiento sensible por todos los aspectos del devenir, colocaba la verdad en la sustancia única cuya ley sirve de urdimbre continua y de fondo a esta diversidad incesantemente cambiante.

Esta concepción general se refleja en su teoría del alma. El Alma, para él, es una exhalación cálida; pues para conocer el principio debe poseer su movilidad; expandirse, como él, por doquier, de manera que todo se encuentra lleno de almas y de genios.

Este hondo sentimiento de la identidad del pensamiento verdadero con la ley del universo, inspira a Heráclito una concepción, perfectamente congruente, de la vida moral; antes de que apareciera el estoicismo, decía: La sabiduría consiste en decir cosas verdaderas y obrar conforme a la Naturaleza, escuchando su voz (frag. 112). No sería mejor para los hombres que sucediera lo que desean (frag. 110). Si la pasión merece condena es porque expresa la pretensión del individuo de elevarse por encima del orden natural o divino y por olvidar su situación de dependencia. En consecuencia, la verdadera religión debe fundamentar su pensamiento en aquel otro pensamiento divino del fuego que circula por el universo: adorar a las imágenes es suponer que también se aceptaría hablar con las cosas; celebrar sacrificios sangrientos no sirve para purificarnos más de lo que el fango para lavar la mancha que ha producido.

Concibió la oposición de los contrarios con una generalización que no se encuentra en Anaximandro, ni aun en los pitagóricos o en Alcmeón. Pero, sobre todo, esclareció, de manera completamente nueva, la noción de una ley inmanente al devenir que sirve de vínculo inteligible a aquellos contrarios simultáneos o sucesivos. Con todo, no hay que olvidar que su pensamiento actuó en el dominio y dentro de las fronteras de la Física de su tiempo, concibiendo la ley como una sustancia más sutil, pero no lo hizo en el terreno de una lógica que se constituyó con posterioridad a sus días ni, por tanto, con el propósito de quebrar sus confines.

Leon Robin

DEVENIR NO FILOSOFÍA O LA RETERRITORIALIZACIÓN DE HEIDEGGER POR GILLES DELEUZE


Devenir no filosofía o la reterritorialización de Heidegger


Aunque la filosofía se reterritorialice en el concepto, no por ello halla su condición en la forma presente del Estado democrático, o en un cogito de comunicación más dudoso aún que el cogito de reflexión. No carecemos de comunicación, por el contrario nos sobra, carecemos de creación. Carecemos de resistencia al presente. La creación de conceptos apela en sí misma a una forma futura, pide una tierra nueva y un pueblo que no existe todavía. La europeización no constituye un devenir, constituye únicamente la historia del capitalismo que impide el devenir de los pueblos sometidos. El arte y la filosofía se unen en este punto, la constitución de una tierra y de un pueblo que faltan, en tanto que correlato de la creación. No son los autores populistas sino los más aristocráticos los que reclaman este futuro. Este pueblo y esta tierra no se encontrarán en nuestras democracias. Las democracias son mayorías, pero un devenir es por naturaleza lo que se sustrae siempre a la mayoría. La posición de muchos autores respecto a la democracia es compleja, ambigua. El caso Heidegger ha complicado más las cosas: ha hecho falta que un gran filósofo se reterritorializara efectivamente en el nazismo para que los comentarios más sorprendentes se opongan, ora para poner en tela de juicio su filosofía, ora para absolverle en nombre de unos argumentos tan complicados y rebuscados que uno se queda dubitativo. No siempre es fácil ser heideggeriano. Se comprendería mejor que un gran pintor, un gran músico se sumieran de este modo en la ignominia (pero precisamente no lo hicieron). Tenía que ser un filósofo, como si la ignominia tuviera que entrar en la filosofía misma. Pretendió alcanzar a los griegos a través de los alemanes en el peor momento de su historia: ¿hay algo peor, decía Nietzsche, que encontrarse ante un alemán cuando se esperaba a un griego? ¿Cómo no iban los conceptos (de Heidegger) a estar intrínsecamente mancillados por una reterritorialización abyecta? Salvo que todos los conceptos no comporten esta zona gris y de indiscernibilidad en la que los luchadores se enredan durante unos instantes en el suelo, y en la que la mirada cansada del pensador confunde a uno con otro: no sólo confunde al alemán con un griego, sino a un fascista con un creador de existencia y de libertad. Heidegger se perdió por las sendas de la reterritorialización, pues se trata de caminos sin balizas ni parapetos. Tal vez aquel estricto profesor estuviera más loco de lo que parecía. Se equivocó de pueblo, de tierra, de sangre. Pues la raza llamada por el arte o la filosofía no es la que se pretende pura, sino una raza oprimida, bastarda, inferior, anárquica, nómada, irremediablemente menor, aquellos a los que Kant excluía de los caminos de la nueva Crítica… Artaud decía: escribir para los analfabetos, hablar para los afásicos, pensar para los acéfalos. ¿Pero qué significa «para»? No es «dirigido a…», ni siquiera «en lugar de…». Es «ante». Se trata de una cuestión de devenir. El pensador no es acéfalo, afásico o analfabeto, pero lo deviene. Deviene indio, no acaba de devenirlo, tal vez «para que» el indio que es indio devenga él mismo algo más y se libere de su agonía. Se piensa y se escribe para los mismísimos animales. Se deviene animal para que el animal también devenga otra cosa. La agonía de una rata o la ejecución de un ternero permanecen presentes en el pensamiento, no por piedad, sino como zona de intercambio entre el hombre y el animal en la que algo de uno pasa al otro. Es la relación constitutiva de la filosofía con la no filosofía. El devenir siempre es doble, y este doble devenir es lo que constituye el pueblo venidero y la tierra nueva. La filosofía tiene que devenir no filosofía, para que la no filosofía devenga la tierra y el pueblo de la filosofía. Hasta un filósofo tan bien considerado como el obispo Berkeley repite sin cesar: nosotros los irlandeses, el populacho… El pueblo es interior al pensador porque es un «devenir-pueblo» de igual modo que el pensador es interior al pueblo, en tanto que devenir no menos ilimitado. El artista o el filósofo son del todo incapaces de crear un pueblo, sólo pueden llamarlo con todas sus fuerzas. Un pueblo sólo puede crearse con sufrimientos abominables, y ya no puede ocuparse más de arte o de filosofía. Pero los libros de filosofía y las obras de arte también contienen su suma inimaginable de sufrimiento que hace presentir el advenimiento de un pueblo. Tienen en común la resistencia, la resistencia a la muerte, a la servidumbre, a lo intolerable, a la vergüenza, al presente.

martes, 21 de octubre de 2008

MAGIA ORGANIZADA PLANETARIA POR VICENTE BELTRÁN ANGLADA




MAGIA ORGANIZADA PLANETARIA

Vicente Beltrán Anglada



CAPÍTULO I

EL ESPACIO ES UNA ENTIDAD

El Espacio es la Matriz de todas las Creaciones. El Espacio es multidimensional, multimolecular y multigeométrico. El Éter es la primera condensación del Espacio. Los siete tipos de Éter cualificado. La Cadena natural de los elementos químicos atraviesa las redes espaciales de los mundos. En el Espacio se refunden el Espíritu creador, el Padre, y la substancia material, la MADRE. La Analogía del triple fuego con las tres cualidades vivas del Espacio. La inevitable relación mágica de los Centros creadores con la Entidad ESPACIO. La Elección del Campo de Creación por los Logos creadores. El Objetivo de la Acción creadora, redimir y ennoblecer las cualidades de la Materia.



CAPÍTULO II

LA ESTRUCTURA MOLECULAR DEL UNIVERSO

La infinita expresión de la vida atómica. Todos los elementos atómicos surgen de la Entidad ESPACIO. ¿Por qué el Espacio es multidimensional, multimolecular y multigeométrico? La relación NOMBRE-FORMA es uno de los grandes secretos de la Magia. La Intención, la Idea abstracta y la Mente concreta. El Proceso evolutivo del átomo. El átomo, al igual que el hombre posee vida, conciencia y una triple forma. ¿Cuál es el tipo de conciencia del átomo? ¿Procede el átomo de una corriente de vida monádica? La Agrupación de las vidas atómicas por afinidad química es un acto de conciencia inteligente. La creación de Egregores buenos y malos por parte de los seres humanos. El Guardián del Umbral y el Ángel de la Presencia. La transmutación alquímica de los Elementos.



CAPÍTULO III

LA UTILIZACIÓN MAGICA DE LAS VIDAS INTERMOLECULARES

Los Requisitos básicos de la Magia. Los Niveles de expresión consciente de la Magia blanca y negra. Los Compuestos atómicos y las vidas dévicas intermoleculares. El Conocimiento de los Mantrams de Invocación. Las Condiciones operativas de la Magia. Conceptos mágicos sobre los elementales constructores de los cuerpos expresivos humanos. El Sonido de la triple Personalidad y el Sonido del Alma. Las Causas de la separatividad humana. El "Santo Criterio" en el difícil Arte de la Magia. El Efecto de la Energía Dinámica en acción.



CAPÍTULO IV

LA FUERZA MÁGICA DE LOS ELEMENTOS

Los Elementos naturales o fuerzas vivas de la Naturaleza son Entidades. Las Vidas dévicas forman una verdadera Escalera de Jacob, llenando de energía y de formas todos los planos del Sistema. La redención molecular es una verdadera iniciación espiritual de la Materia. Las Iniciaciones y el Control sobre las jerarquías dévicas que comandan los Elementos. La Obra mágica de la Transfiguración. La Realidad mágica supera toda ficción por maravillosa que sea.



CAPÍTULO V

LOS PROYECTORES DE LA MAGIA ORGANIZADA

La respuesta de la humanidad a las radiaciones mágicas de los Adeptos. El MAYAVIRUPA, o "Cuerpo de Maya". Los Mayavirupas solares son Escudos protectores de la humanidad. El KAMARRUPA o "Cuerpo del Deseo". Las Razones fundamentales de la Gran Fraternidad Blanca. La Luz es un resultado de equilibrio de Opuestos. Algunas ideas sobre las funciones de Armonía y Equilibrio del plano búdico en nuestro Sistema solar.



CAPÍTULO VI

LA GEOMETRÍA, SOPORTE MÁGICO DE LA IMAGINACIÓN

"DIOS GEOMETRIZA" (Platón). La Geometría es el Engarce magnético entre planos, reinos, razas, especies y compuestos moleculares. El Destino de cuanto existe se halla escrito en el firmamento. Las Divinas Medidas Áureas surgen de las proporciones cósmicas arquetípicas. Las Redes espaciales tendidas entre los mundos son las raíces del Karma. Filosofía de la Vida y filosofía de la forma. Las Tres amplias vertientes de la investigación cósmica. El significado oculto de las Redes geométricas espaciales. La Geometría esotérica es la Geometría del Espíritu. El Karma de la Tierra está condicionado por las leyes de la Gravitación.

Al ir avanzando en nuestro estudio sobre la Magia Organizada en nuestro mundo, nos vamos dando cuenta de la verdad esotérica contenida en la gran afirmación: "DIOS GEOMETRIZA" de Platón, el filósofo iniciado. No sabemos hasta qué punto ha sido comprendido el carácter incluyente de esta afirmación, pero sí podemos asegurar rotundamente que sin esta comprensión mental es imposible introducirse muy profundamente en la ciencia esotérica de la Magia.

Hay que partir de la base de que la totalidad de nuestro universo es molecular. Según se nos ha enseñado ocultamente, nuestro sistema solar con sus planos, subplanos, planetas, razas y especies no es más que una gigantesca forma geométrica o cuerpo molecular que utiliza el Señor del universo durante los inmensos ciclos de Su manifestación solar.

El Logos, o Señor del Sistema, utiliza todas y cada una de Sus infinitas ideaciones para llenar de formas geométricas la totalidad del sistema universal que le sirve de morada, de manera que, de acuerdo con la ley de evolución opera mágicamente desde el principio hasta el fin de Su Mahamanvántara o ciclo de manifestación. Se sirve de la Magia para crear y para distribuir tales formas geométricas por todos los confines de su vasto sistema, y cuando todo "Su espacio vital" ha quedado lleno de formas, desde las más sutiles a las más densas, viene entonces el trabajo esencial de agilizarlas, embellecerlas y sintetizarlas, creando como fin en sí mismas la gloria inefable de los arquetipos de perfección, que una vez realizados marcarán "el círculo-no-se-pasa" de Su capacidad creadora. No queda intersticio alguno entre las formas geométricas que en su totalidad constituyen el universo. Todas están armoniosamente unidas entre sí constituyendo un conjunto sintético e incluyente, ya se las examine desde el ángulo de vista de los planetas, como de los seres humanos y de las infinitas agrupaciones atómicas. Allí donde termina una forma empieza otra, apoyándose armoniosa y potencialmente en la forma anterior. Así, el espacio que llamamos "vacío", visto ocultamente se le percibe lleno de otro tipo de formas más sutiles pero que, sin embargo, se apoyan en las estructuras densas y más substancialmente moleculares. Continúa operando en todo momento el principio geométrico de la forma, que no reconoce barrera alguna en la expresión de su naturaleza impelente y progresiva. Se comprende así la indescriptible riqueza de la geometría cuando se la considera en su aspecto más oculto y trascendente, como sirviendo de maravilloso engarce entre dos planos, dimensiones y compuestos moleculares.



Nada más bello y espectacular desde el ángulo esotérico que observar el firmamento en una noche estrellada, utilizando la clarividencia mental. Aparecerán entonces entre los brillantes puntos o vértices creados por las estrellas y los planetas, nuevos y cada vez más esplendentes y rutilantes cuerpos celestes, constituyendo maravillosas e inenarrables combinaciones geométricas, conjuntos poliédricos de indescriptibles colores y emitiendo incompresibles y misteriosos sonidos. La percepción clarividente llevará todavía más lejos si se persiste en las observaciones, pues será posible descubrir como una realidad objetiva y no como una simple e interesante ecuación mental, que en el espacio y dentro de una desconocida y esplendente red geométrica espacial, deberá ser resuelta definitivamente la gran incógnita del hombre con respecto a su identidad, procedencia y destino, ya que es leyendo el maravilloso mapa de los cielos que se aprende la gran verdad oculta de que el destino de todo cuanto existen en el universo -sea cual sea su importancia- se halla escrito allí, en el espacio infinito y dentro de cualquiera de las redes geométricas espaciales, cunas del verdadero estudio esotérico de la Magia.

Desde este ángulo la observación, el KARMA, ya se aplique a un sistema solar, a un esquema planetario o a un simple ser humano, no es sino una proyección geométrica procedente de una u otra de estas incomprensibles redes espaciales creadas en el ilimitado marco del espacio por un tipo desconocido de actividad creadora.

Podríamos suponer incluso que los ángulos de incidencia de los puntos brillantes del firmamento, constituyendo determinadas formas geométricas, moldean misteriosamente el KARMA de la Tierra y que la posición que ocupa cualquier ser humano en el entramado geométrico que constituye su entorno social, configurará también sin lugar a dudas su karma o destino. Así cuando astrológicamente se dice que "las estrellas marcan el destino del hombre", debería agregarse "mediante la figura geométrica que adoptaron las estrellas en el momento de su nacimiento", de manera tal que la Astrología y la Geometría son Ciencias inseparables y consubstanciales, no pudiendo moverse una sin que al propio tiempo se mueva la otra.

De ahí que el Mago, siguiendo las reglas iniciáticas expuestas por Platón, GOMETRIZA utilizando su voluntad y su imaginación. Mueve con ambas las redes espaciales, tañe la lira de infinitas cuerdas del firmamento y de sus regios sonidos extrae la forma geométrica más oportuna, la que más adecuadamente responde a su intento creador.

Así, las redes espaciales jamás están en reposo, sino constantemente vibrando, moviéndose y ampliándose, haciéndose eco en todos momentos de las necesidades que surgen de cualquier centro mágico o creador.

Las divinas medidas áureas de los grandes artistas del pasado, surgieron del descubrimiento genial de las proporciones ideales implícitas en las primeras redes espaciales con las que Dios recubrió la desnudez de Su propósito universal, y a su conjuro surgieron las formas geométricas de todo cuanto existe en increíbles y dinámicos despliegues de armonía imposibles de describir.

El Mago se limita a seguir sin ofrecer resistencia alguna la forma geométrica y el movimiento que le marcan las estrellas, tratando de descubrir de entre las redes espaciales que las unen entre sí aquellas que mejor responden a sus intenciones creadoras, sabiendo que tales redes espaciales son los infinitos hilos de comunicación tendidos entre todos los cuerpos celestes, impulsadas por fuerzas inteligentes dotadas del más potente y electrizante dinamismo.

Las combinaciones realizadas por el Mago siguiendo su inevitable impulso creador y apoyándose en su poderosa imaginación, crean nuevas redes espaciales dentro de las redes creadas por las esplendentes estrellas y rutilantes astros y es así, utilizando su magia creadora, que puede destruir aquellas "redes malignas que surgidas de las leyes de la necesidad kármica llenaron de angustia y desesperación la vida de los hombres de la Tierra", (EL LIBRO DE LOS INICIADOS), pues la ley mágica por excelencia viene expresada en aquel axioma oculto...."los astros inclinan pero no obligan", que tanto dio que pensar a místicos, filósofos y ocultistas de todos los tiempos.



El cambio de posición geométrica de un astro en el espacio inducido por las leyes de la necesidad kármica, alterará fundamentalmente la forma de la red espacial tendida sobre sí, obligando a consiguientes e inevitables reajustes en aquellos astros menores que formaban parte de la primitiva red. A los incesantes cambios de posición y movimiento de los astros en el espacio y a las diferentes formas, medidas y frecuencias vibratorias que se producen en las redes espaciales que forman su estructura geométrica, se les asigna esotéricamente el nombre de EVOLUCIÓN, constituyendo evidentemente lo que en términos muy ocultos podríamos definir como "KARMA DE LOS DIOSES".

El día que la ciencia geométrica alcance un punto culminante de síntesis, aceptando el hecho de que las redes espaciales tendidas entre los mundos, constituyen la raíz del KARMA, tanto de los hombres como de los Dioses, habrá culminado un elevado punto de realización y podrá penetrar entonces en otras áreas más sutiles dentro del proceso infinito de ESTRUCTURACIÓN DE LAS FORMAS, totalmente imposibles de percibir, comprender e intuir por los más inteligentes y preclaros científicos de la Tierra en los momentos actuales....

Ahora bien, cuando analizamos el término "Geometría Esotérica" al referirnos a la multiplicidad infinita de formas en la vida de la Naturaleza, adoptamos la expresión justa, ya que toda forma -sea cual sea su grado de objetividad- constituye un misterio geométrico de creación en cuya estructuración toman parte infinidad de fuerzas invisibles cuya ley, actividad y orden vienen regidos por una Voluntad suprema que está más allá de los límites de nuestra comprensión.

La forma geométrica es el principio de la manifestación universal, ya que es a través de ella que deberán expresarle las cualidades psicológicas de la Deidad creadora, implícitas subjetivamente en los estados de conciencia que revelan todos y cada uno de los seres de la Naturaleza, no importa el grado de integración interna que hayan alcanzado dentro del proceso general de la evolución planetaria. Deberemos admitir, por tanto que existe una filosofía de la forma de la misma manera que hay una filosofía de la vida, viniendo dinamizadas todas las formas existentes por determinadas cualidades magnéticas de carácter interno o subjetivo, las cuales cristalizan en los elementos geométricos de base conocidos como el punto, la línea, la superficie y el volumen.



La filosofía de la forma, que es el ideal de la Geometría Esotérica, tiende a la más bella expresión del Arte y constituye el pensamiento de los hombres verdaderamente universales, ya lo expresen en el sentido de las propias formas dotándolas de vida por el poder de la imaginación -como lo hizo Leo nardo de Vinci- o enriqueciéndolas de amplísimos conceptos filosóficos en cuya mágica elaboración se vislumbran arquetipos de perfección encarnando realidades geométricas, tal como sintetizó Platón en su conocido axioma "DIOS GEOMETRIZA", pero en definitiva, ambos ángulos de visión genuinamente universales porque encarnaban corrientes de vida creadora más que simples ideales estéticos, actuaban como verdaderos geómetras esotéricos, siguiendo uno el riguroso sendero del Arte, y el de la más sublime filosofía el otro.

La conclusión a la que ambos llegaron, era seguramente la misma, es decir, que el misterio de la forma geométrica y el contenido subjetivo de la misma constituían parte del mismo secreto cósmico, potencial y latente dentro del ser humano, que debía forzosamente revelarse, lo cual evidentemente hicieron ambos, concretando Leonardo la filosofía interna en belleza externa y revelando Platón la belleza externa en filosofía interna.

La búsqueda de la similitud existente entre las estructuras psicológicas internas y la impresionante serie de estructuras geométricas externas, constituyen el centro de investigación de la Geometría Esotérica, de idéntica manera que la similitud de propósitos creadores o arquetípicos en el seno místico de cada forma en la vida de la Naturaleza, constituye la manera platónica de investigación de la filosofía oculta y transcendente.








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CAPÍTULO VII

LA INVERSIÓN DE LAS LEYES DE LA POLARIDAD

Los grandes Hombres fueron grandes Magos. El Cuerpo humano, un perfecto exponente de la Magia Organizada. Los Devas son los Señores de los Cánones secretos de Creación. El Fenómeno científico de Levitación. La Fuerza Neutra entre dos fuerzas en Equilibrio es la Fuerza viva de la Magia. El ALKAHEST surge del Espacio puro. La Magia de Curación se realiza a partir de los espacios neutros. La verdadera Ciencia del PRANAYAMA. La Ciencia de los Intervalos. La Pureza, el vínculo de unión entre el Mago y el ALKAHEST.



CAPÍTULO VIII

LA MAGIA DE LAS CEREMONIAS LITURGICAS

Las Reglas Mágicas de la Liturgia. Cada Rayo tiene sus propias fórmulas de Invocación mágica. Los Rayos son Entidades Espirituales. Los Sacramentos vívidos son el Soporte de la Magia Organizada. El Rito preside la Manifestación de la Forma. El Misterio de la Concepción. Todo Misterio revelado constituye una Iniciación. Los Participantes en el Misterio de la Concepción. Misterio, Sacramento y Rito. Devas AGNISVATTAS, AGNISURYAS Y AGNISCHAITAS. La Gran Analogía cósmica de la Creación. Los tres Códigos genéticos del Alma.



CAPÍTULO IX

EL HOMBRE, UN CREADOR MÁGICO DE SUEÑOS

¿Qué es técnicamente hablando el Sueño? Soñar es sinónimo de Vivir. Los distintos tipos de Sueño. La subconsciencia individual y el Inconsciente colectivo. La Continuidad de Conciencia. El Arte y la Cultura de los pueblos son creaciones mágicas humanas. La Magia de las Costumbres. La Inspiración y la Técnica. El secreto del Arte es infundir alma y vida a las obras realizadas. Entre la Intención y la Forma se halla siempre la Imaginación del Creador.




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CAPÍTULO X

LAS ACTIVIDADES MÁGICAS DE LOS ASHRAMS

El Ashram de un Maestro es un reflejo del Universo del Logos. Los Ashrams planetarios. Ashrams principales y Ashrams subsidiarios. El Trabajo que se realiza en los Ashrams de la Jerarquía. La Atención y la Serena Expectación. Las Tres Etapas de la Enseñanza mágica y sus analogías con los grados de la Masonería. Escuelas de ANALOGÍA y Escuelas de UNIFICACIÓN humano dévica. Hay un Deva para cada Hombre y un Hombre para cada Deva. Escuelas de Aprendices de Mago, de Conocedores de la Magia y de Sabios creadores de Magia.



CAPÍTULO XI

CONSIDERACIONES MÁGICAS DE ORDEN SOCIAL

"En un principio de su evolución, todos los seres humanos se comportan como magos negros" (Maestro D.K.) "El Sendero Iniciático es la Senda de los Héroes" (Maestro K.H.). La Legión de las Almas rezagadas. La Estirpe de los Hombres Caídos. Los Dos Senderos de la magia Organizada. El Fenómeno de Kama Manas. La Destrucción de la Atlántida la Gestación etérico-psíquica del Guardián del Umbral. El Pecado Original. El Ángel de la Presencia. El SENDERO espiritual.




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CAPÍTULO XII

LA LUNA Y LAS ACTIVIDADES MÁGICAS PLANETARIAS

La Luna es un astro muerto. Los momentos de Exaltación Cíclica de los Plenilunios. El Karma de la Tierra está vinculado al proceso de desintegración de la Luna. El Desapego humano, acelera el proceso de Desintegración lunar. La Iniciación destruye los residuos lunares de los cuerpos. El Fuego de la Determinación y el Fuego Iniciático. Los tres Arcángeles y los tres Elementales Constructores. La Disociación de Kama-manas. El Proceso post-iniciático del Discípulo espiritual. La Ley mágica de Construcción sigue al proceso espiritual de Ideación.



CAPÍTULO XIII

CONSIDERACIONES OCULTAS SOBRE EL SEÑOR DEL MUNDO

Las distintas denominaciones de SANAT KUMARA, el Señor del Mundo. El Anciano de los Días. El Doncel de las Dieciséis Primaveras. El Avatar de os Nueve Velos. "El Nueve es el número del Hombre y el número de la Iniciación". El Mago Supremo del Planeta. Los Agentes de SHAMBALLA. El Iniciador Único. La Justicia Solar y el Proceso Iniciático.


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CAPÍTULO XIV

CONSIDERACIONES MÁGICAS SOBRE LA VENIDA DE LOS SEÑORES DE LA LLAMA A LA TIERRA

¿Cómo vinieron a la Tierra los Señores de la Llama? La Utilización de grandes y desconocidas Facultades Mágicas. La Creación de un MAYAVIRUPA venusiano. La Investigación Esotérica va mucho más allá que la Investigación Científica. El 5 es el número sagrado de Venus. El 4 es el número sagrado de la Tierra. La disposición jerárquica de los Señores de la Llama. El Trabajo de los tres KUMARAS.



CAPÍTULO XV

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA MAGIA

El Arte de la Invocación Dévica. El Reconocimiento de los Devas solares y de los devas lunares. Los Devas y los Ambientes sociales del mundo. Los Devas de Séptimo Orden. El Trabajo de los espíritus de la tierra, del agua, del fuego y del aire. Los Devas de Sexto orden. El trabajo de los Devas astrales. Los Devas de Quinto Orden. El Trabajo de los Devas ígneos o mentales.



CAPÍTULO XVI

ÚLTIMAS CONSIDERACIONES

"El Protoplasma Universal y el Éter Primordial". La Liberación es un fenómeno espiritual y se manifiesta como Agravitación. La Magia es más antigua que el mundo. El Sagrado Don de la Oportunidad.



EPÍLOGO

Manifiesto en el umbral de la puerta





Espejo negro

Hoy el arte ha perdido su carácter mágico, la experiencia que posee el poder de la revelación, la fuerza intangible que tiene el poder de la anticipación. Ha perdido la energía que contribuye a crear condiciones de cambio, la sospecha de lo posible en la vida, transformándose en una suerte de entretenimiento de élite sin profundidad ni significado. Hoy el arte no tiene sentido más allá de mostrar el ego del artista. Hoy padecemos un arte alejado de la sociedad, comprometido únicamente con quien le guarde la espalda al artista mientras el tiempo que dure el contrato entre ambas partes. Hoy padecemos un arte refugiado en su propia máscara. Un arte que no procura respuestas transcendentes ni inventa nuevos lenguajes.
No se le pide aquí las respuestas de la filosofía, el psicoanálisis o la sociología, sino sus propias soluciones en tanto que fuerza creadora activa. Y ahí es donde debemos exigirle esas respuestas. En la negación de esa misma argumentación, el arte moderno podría ser considerado una suerte de arte científico, puesto que al igual que la ciencia no ofrece, no procura, esas respuestas transcendentes, no contesta a los por qué (y aquí debemos recordar que los niños -y los niños poseen una verdadera visión entregada al mundo- jamás preguntan cómo sino por qué) la ciencia se conforma con ofrecer simplemente el cómo. Ofrecer el cómo no es ir demasiado allá; es pedirnos subordinación a los mecanismos de funcionamiento. Esto no calma la sed.

La experiencia artística (y hago aquí un llamamiento a todas y cada una de sus disciplinas)ha de ser un viaje al punto extremo de las posibilidades del artista. Del hombre que se llama así mismo artista, en tanto que transmisor de símbolos, viajero iniciático o creador de relámpagos, debe intentar alcanzar ese punto extremo de lo posible, donde no se puede concebir una posibilidad de ir más allá. Todo lo demás le hará siervo de la instrumentalidad, de la funcionalidad; será una brutal mentira. Un bálsamo para espíritus débiles, cuentos que nos gusta propurarnos para tratar de aliviarnos.
Hay que desprenderse de espejismos y terrores. Hay que abandonar el sueño o la ilusión en que transcurre la existencia humana, cuyo origen se halla en una división primordial en la esfera del Absoluto. Por así decirlo, en palabras de Gurdjieff: "si quiere usted adquirir algo por sí mismo, debe usted aprender a volar".



Combustión espontánea

Frente al arte que ha perdido su carácter mágico, un arte que muestre la Voluntad Verdadera del artista. Del hombre que ha tomado ese camino. Frente al arte del ego, un arte que se remita a las estrellas. Frente al arte que sonríe bobaliconamente ante sus propias ocurrencias, un arte consagrado, intensamente presente. Frente al arte charlatán y vocinglero, un arte que comunique su maravilloso silencio. Frente al arte que ya no cura, un arte que busque la curación en sí mismo. Frente al arte que yerra, un arte que se trague la serpiente. Frente al arte alejado del hombre, un arte que recupere el factor de recuerdo y sea capaz de transmitir sus símbolos. Frente al arte al que le espanta ver su propio vacío, un arte que entre en sí mismo. Frente al arte que rechaza sus propias reglas y su aprendizaje, un arte que comprenda que el tiempo no cuenta. Frente al arte de la nada, el arte del Absoluto. Frente al arte que se empeña en ver el punto rojo en el paño, un arte que quiera ser espejo del todo. Frente al arte que no penetra en la naturaleza, un arte que se transforma en el objeto o ser amado ¡tiene que ser verdaderamente él!. frente al arte que rechaza el dolor, un arte que muera para no morir. Frente al arte que no es capaz de mostrar un lenguaje nuevo, el arte de la invocación y la ceremonia. Frente al arte que tropieza todas las noches con los huesos de los muertos, un arte que no precise guías. Frente al arte del cómo, un arte que busque desesperadamente el porqué.


¡Dolor, oh dolor!

Este mundo se le da al hombre como un enigma a resolver. Desde el principo de los tiempos ese hombre ha tratado de resolver el enigma a riesgo de ser devorado por la esfinge, y aun por este mismo temor. Ha construido su voluntad en base a su imaginación para explicar el mundo que le rodea y el que imagina que le rodea. Tratando de aventurar en qué manera estamos incluidos en el misterioso mecanismo del mundo y cual es su condición. Desde las mágicas pinturas primitivas que hacían ver el objeto simbólicamente representado a la sofisticación de la escritura jeroglífica, la síntesis de la cuneíforme o la delicadeza de los ideogramas orientales, hasta la complejidad de cosmogonías y mitologías, anticipadoras de la filosofía. Una desaforada búsqueda del logos.
A pesar de ello la incomprensión y la inhapresibilidad de tamaña empresa -los desmayos de la voluntad- han sumido al hombre en la melancolía y en el dolor. Llamaremos a este dolor evidencia absurda pues si bien la causa de ese sufrimiento está localizado, no menos cierto es que se trata de una abstacción sin cuerpo ni formas. Un ideal o un fantasma de nuestra concepción bien amarrado en el arsenal psíquico humano. En fin, un dolor (dolor del alma, la psique enferma) que ni las religiones ni todos los sistemas filosóficos han conseguido mitigar. Si bien el arte y sus videntes, en el ejercicio de su máxima libertad, han sido quienes más cercanos han estado de encontrar una respuesta al enigma, al dolor. Pues en virtud de esa misma libertad, más allá de la razón y la pesadilla que engendran un mundo cada vez más ambiguo, más solapado, han solido poner el dedo en la llaga. En el ejercicio de su libre albedrío han imaginado esas respuestas a los problemas que enfermaban los espíritus en cada momento, y más aun: incluso han imaginado los mundos que nos esperan en un futuro con una exactitud que asusta en ciertos casos.
Aun así la insatisfacción, la puerilidad, las aspiraciones y los deseos blandos de nuestros días nos han convertido en víctimas de los sueños de un deseo mayor. El deseo de un monstruoso ídolo que se conforma con ver a sus criaturas a la deriva. Aquí es cuando debemos decir "¡NO!" un no que derribe montañas con su estruendo, un ruido de personas decididas a dejar de ser zombis babeantes y cariacontecidos que si caminan es porqué ya es un hábito adquirido. Hay que decir no al dolor y al cruel juego del victimismo en el que nos sentimos como cerdo en un baño de barro. No somos golems esperando ser creados por la palabra del mago negro de turno. Debemos hacer nuestra la palabra, habitarla, arrojarla a la cara del autonombrado demiurgo y destruirlo. Debemos ser poetas, el artista debe intentar por todos los medios a su alcance (y si no los tuviese inventarlos) hacerse poeta; cambiar la vida, transformar el mundo (sí, como decían los viejos surrealistas pero bajo el signo de nuestros tiempos, con nuestras necesidades). Aunque en el intento solo logre cambiar su propia vida ya será una enorme recompensa. La Poesía es la única herramienta que tiene el artista para destruir a la efigie, para combatir al dolor. Debemos transformar cada pintura en un poema, cada escultura, cada canción, cada novela, cada película, cada tratado filosófico en un bello poema y una búsqueda del Invisible que nos sane de nuestra condición anhelante. En definitiva: el artista debe marcar con su poesía el camino a seguir. Que rían los espíritus pobres si quieren. Del perezoso solo se puede esperar pereza y esto es absolutamente imperdonable en un hombre que se llama a sí mismo artista, creador, buscador del Invisible.